[Vueltas a la Plaza] Presentación
Todo en Salamanca pasa por la Plaza Mayor. Los festejos, las protestas, los cabezudos, los políticos, las procesiones, los rodajes de películas, las casetas de libros, los paseos sin rumbo…
Algo tiene esta plaza que a forasteros y charros nos atrae sin remedio. ¡Me voy a dar una vuelta! — dices— Y al cabo de un rato, antes o después, ingresas en la Plaza bajo un sol de justicia o un frío terrible o un ventarrón que se cuela entre los arcos o al resguardo de los soportales un día de lluvia.
¡Cómo nos gusta en Salamanca dar una vuelta a nuestra plaza! Y presumir de ella.
Miguel Unamuno: “Esa vanidad pueril […] Esa vanidad estéril […] La Plaza Mayor, churrigueresca, es ya de por sí, vanidosa. Hay que verla pavonearse al sol”.
Es verdad, don Miguel. Es que en Salamanca somos todos un poco así, churriguerescos. A lo mejor por eso nos gusta tanto presumir de plaza y dejarnos atraer por ella una vez y otra…
Carmen Martín Gaite: “A andar por andar, a caminar sin prisa trenzando la mirada con el paso, aprendí en Salamanca”.
Qué razón tienes, Carmen, (a ti te voy a tutear si no te importa, a Unamuno no me atrevo ni insinuárselo) si es que caminando sin prisa es como mejor se anda por la Plaza Mayor, hilvanando retahílas con amigos o con una misma…
Martín Gaite: “Las chicas paseaban en el sentido de las manecillas del reloj, mientras que los hombres lo hacían en el sentido contrario […], ya se sabía que por cada vuelta completa a la Plaza se iba a tener ocasión de ver dos veces a la persona con quien interesaba intercambiar la mirada y hasta se podía calcular con cierta exactitud en qué punto se produciría el fugaz encuentro. <<Me toca por el Ayuntamiento —se iban diciendo para sí el paseante o la paseante ilusionados — y luego por el café Novelty>>. Con lo cual daba tiempo a preparar la mirada”.
Eso era antes, Carmen. Ahora se pasea en el sentido de las agujas o al revés. Por fuera o por dentro. Según el día y el estado de ánimo. Es que esta época es un poco más caótica. O a lo mejor es que hemos tirado la toalla y no tratamos ya de disimular el caos que domina el planeta siguiendo el curso de las costumbres… La verdad es que ahora tenemos poco tiempo de andar preparando miradas.
Unamuno: “Hay dos vueltas, la de las mujeres y la de los hombres; los hombres van por la parte de adentro, es decir, por la vuelta más corta, llevando su derecha en el sentido del reloj, o, como se dice ahora, en movimiento dextrógiro, y las mujeres van por la parte de afuera, llevando también su derecha mas en sentido contrario del reloj,o sea, en movimiento levógiro. Y así matan las horas enteras, dándose cara dos veces en cada vuelta y murmurando casi todos”.
Bueno, no se enfade, don Miguel. No discutas tú con él, Carmen. Da igual si las mujeres iban en el sentido de las agujas del reloj como tú dices, o si eran los hombres los que llevaban ese sentido como dice usted, don Miguel. Por aquí ahora es todo distinto, aunque si nos sobra algo de tiempo lo matamos parecido.
De eso va esta sección, de matar el tiempo hilvanando retahílas, historias nuevas con viejas, dando vueltas alrededor de algún tema interesante como quien pasea con amigos bajo los soportales de la Plaza Mayor. ¿Os apuntáis a los paseos? Si es así, por aquí nos veremos.
Laura Rivas Arranz