Vivir la experiencia de los campos de batalla de Salamanca
Hace años que esta experiencia es muy popular, especialmente en otros países, es el turismo histórico militar, en el que se recorren los antiguos escenarios de conflictos. Salamanca está empezando a explotar este nuevo turismo con proyectos como el de Raúl Bellido, un experto guía en historia que ha elegido como nombre El Primer Edecán y acompaña a los visitantes a conocer los hechos de armas de la Guerra de Independencia contra Francia en diferentes localizaciones de la provincia de Salamanca. El lugar estrella de todos ellos es la batalla de Los Arapiles, situada en la localidad de Arapiles a pocos kilómetros al sur de la ciudad de Salamanca, aunque también ofrece un interesante recorrido en Salamanca capital.
¿Por qué el nombre de Primer Edecán?
El edecán proviene del término francés «aide-de-camp», que era el ayuda de campo, una figura del siglo XVIII que eran los ayudantes que tenían los generales o los reyes para tareas de mensajería, enlace… y yo como iba a enseñar el campo de batalla a los visitantes y creí que era el más adecuado como nombre comercial para este proyecto.
¿Cómo te convertiste en guía turístico de campos de batalla?
No fue nada fácil. Yo me dedicaba a otra cosa y un día me planteé sobre qué me gustaría ser en la vida. Me gustan mucho los idiomas, la historia, la historia militar en concreto y me gustan los viajes. Entonces se me ocurrió poder enseñar los campos de batalla. Me informé sobre el tema, estudié para ser guía turístico, primero con la licencia de guía que pide la Junta para ejercer como tal y luego estudié un master de Especialista en Historia Militar en la Universidad Complutense de Madrid. Pero sobre todo, la preparación para poder mostrar estos lugares consiste en muchísimas horas de estudio y en coger toda esa información y elaborar un relato ameno y entretenido para los visitantes basados en unas rutas atractivos y viables para los turistas.
¿Hay más interés ahora por el turismo histórico de hechos de armas?
Desgraciadamente en los últimos dos años no hay interés por ningún tipo de turismo por la pandemia. Pero es verdad que el turismo cada vez está derivando a algo más especializado y diferente. Es algo que se está haciendo desde hace muchos años en otros países de Europa, donde las visitas a lugares como Waterloo o las playas de Normandía son de decenas de miles de personas al año. Incluso antes de la pandemia se encontraban agencias especializadas en este tipo de viajes, una de ellas traía a ingleses a visitar campos de batalla en los que había estado el Duque de Wellington en la península, que para ellos es un héroe nacional. Entonces me pregunté, ¿cómo es posible que no estemos disfrutando de los lugares históricos que tenemos como Los Arapiles? Es verdad que no estamos acostumbrados a algo tan diferente. Pero toda opción que ofrezca una alternativa es buena, y por Los Arapiles ya ha pasado mucha gente, demostrando que hay interés.
¿Qué tipo de persona se interesa más por las visitas guiadas al turismo histórico militar?
En el turismo histórico esperaba un público mucho más concreto, como viajeros británicos que son muy aficionados, personas que les gusta la historia o aficionados a juegos de mesa, militares… pero luego la verdad es que me ha sorprendido que el público es mucho más variado y me sorprende que acuden muchas mujeres. Gratamente sorprendido al ver que no hay un perfil claro del turista que se acerca a ver sitios históricos como el de Arapiles. Luego en visitas como la de Salamanca, viene gente más interesada en conocer la historia de sus antepasados, mucha gente que busca una visita diferente y que quizá ya conocen Salamanca de visitas anteriores o son incluso vecinos de la ciudad.
¿Cuál es el valor añadido de este tipo de turismo?
Es un turismo que tiene varias facetas. Es un turismo cultural, no como el que se puede hacer en Salamanca, pero tiene un gran componente histórico. Es verdad que hay que hacer uso de la imaginación, ya que evidentemente la batalla en sí no se puede ver, sino solo el lugar donde ocurrió. Pero ahí interviene el propio guía, que con una buena narración y explicación de los hechos puede «trasladar» a los visitantes a ese momento. Además es un turismo de naturaleza, no deja de ser una excursión al campo como cualquier otra, hay que ir preparado con calzado adecuado, agua, vestimenta adecuada al momento del año y acudir con tiempo. También se practica cierto senderismo, la visita a Los Arapiles la solemos hacer con desplazamientos entre los puntos en vehículo, ya que la batalla se extendió a lo largo de 8 kilómetros. Pero sí que se anda, como el ascenso al Arapil Grande, que no es exigente, pero no deja de ser un paseo.
Los que deseen conocer Salamanca de una manera totalmente distinta, pueden hacerlo a través de las visitas guiadas de El Primer Edecan. Los próximos viernes, 20 y 27 de agosto ofrece la visita ‘La Salamanca desaparecida en la Francesada’ a partir de las 20:00 horas. Más información en su página web.
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