Todos los Santos… de Salamanca

Salamanca es tierra de santos. La solemnidad de Todos los Santos invita cada año a mirar hacia el cielo y recordar a quienes alcanzaron la plenitud de la fe. En este día, la Iglesia celebra a todos los que vivieron el Evangelio con radicalidad, conocidos o anónimos. Y si hay una tierra en España que atesora una herencia de santidad profunda, esa es Salamanca, cuna, morada o lugar de paso de innumerables santos, beatos, venerables y siervos de Dios.

El origen de esta festividad se remonta al pontificado de Bonifacio IV (608–615), quien consagró un antiguo templo romano al culto de “Todos los Santos”. En el año 840, la fiesta comenzó a celebrarse el 1 de noviembre, como hoy. La víspera, llamada All Hallow’s Eve (“Vigilia de Todos los Santos”), derivó con los siglos en Halloween, aunque su sentido original poco tiene que ver con la devoción que la Iglesia conmemora en este día.

De esta manera recordamos a los primeros de todos que son san Arcadio y compañeros mártires (Pascasio, Eutiquiano, Probo y el niño Pablito o Paulillo). Aunque se desconoce la fecha de su nacimiento, se sabe que era natural de Salamanca. Igual que sus compañeros mártires, fue militar de profesión en el ejército de Genserico, rey de los vándalos. Con su ejército se trasladó al norte de África para luchar contra Valentiniano. Arcadio y sus compañeros habían sido siempre fieles soldados de su rey, pero al enterarse Genserico que éstos no eran arrianos, los encarceló y ordenó torturar para que renegaran de la fe católica. Ante la resistencia y negativa de los soldados cristianos a renunciar a su fe, Genserico decretó la pena de muerte y, entre durísimos tormentos, Arcadio y sus compañeros entregaron su vida a Dios en el año 437. Sus reliquias se encuentran en la iglesia de San Martín de Salamanca.

La primera santa salmantina

La diócesis de Salamanca cuenta con una única santa nacida en su tierra: Santa Bonifacia Rodríguez de Castro (Salamanca, 1837 – Zamora, 1905), fundadora de la congregación de las Siervas de San José, dedicada a la promoción laboral de la mujer. Fue canonizada por Benedicto XVI en 2011. Su sepulcro se encuentra en la capilla del Colegio Sagrada Familia de Salamanca.

Beatos salmantinos

Junto a ella, varios salmantinos han sido reconocidos como beatos por la Iglesia:

  • Sor Eusebia Palomino Yenes (Cantalpino, 1899–1935), salesiana, beatificada por Juan Pablo II en 2004.

  • Ángel Alonso Escribano (Valdunciel, 1897–1936), sacerdote operario diocesano, martirizado en Almería.

  • José Polo Benito (Salamanca, 1879–1936), clérigo, escritor y promotor del viaje de Alfonso XIII a Las Hurdes. Fue deán de Toledo y beatificado por Benedicto XVI en 2007.

  • Julián Rodríguez Sánchez (Salamanca, 1896–1936), Tomás Alonso Sanjuán (Vitigudino, 1893–1936) y Eliseo García García (El Manzano, 1907–1936), salesianos mártires durante la persecución religiosa.

  • También figuran entre los mártires reconocidos Fray Pedro Luis Luis y Fray Vidal Luis Gómara, ambos de Monsagro, dominicos del convento de San Esteban, asesinados en 1936.

Venerables y siervos de Dios

Otros salmantinos se encuentran en proceso de canonización:

  • Manuel García Nieto, SJ (Macotera, 1894–Comillas, 1974), jesuita, cuyo cuerpo descansa en la parroquia del Milagro de San José.

  • María Amparo del Sagrado Corazón de Jesús (Cantalapiedra, 1889–1941), clarisa y fundadora del Monasterio del Sagrado Corazón de Jesús de su localidad natal.

  • Isabel Méndez Herrero (Castellanos de Moriscos, 1924–Salamanca, 1953), Sierva de San José, sepultada en el Colegio Sagrada Familia.

  • María Francisca del Niño Jesús Sánchez Vilora (Fuenteguinaldo, 1905–Salamanca, 1991), clarisa del Monasterio del Corpus Christi.

  • Madre Ángela María de la Concepción (Cantalapiedra, 1649–El Toboso, 1690), fundadora del monasterio de la Purísima Concepción de El Toboso.

  • Madre Mariana de San José (Salamanca, 1568–1638), fundadora de las Agustinas Recoletas.

  • Beata Ana de Jesús Lobera, priora del convento de Carmelitas Descalzas de Salamanca y discípula directa de Santa Teresa, beatificada por el papa Francisco en 2024.

  • Teresa Chikaba, conocida como “La Negrita”, religiosa dominica de origen africano, fallecida en Salamanca en 1748 “en olor de santidad”.

  • Entre los siervos de Dios, figura también José Luis García Cuadrado, sacerdote de Rollán, asesinado en 1936 en Badajoz.

Reliquias y santos presentes en Salamanca

Salamanca custodia las reliquias de figuras centrales de la espiritualidad católica:

  • Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia, reposa en el Monasterio de la Anunciación de Alba de Tormes.

  • San Juan de Sahagún y Santo Tomás de Villanueva, ambos agustinos, descansan en la Catedral Nueva.

  • San Juan de Mata, fundador de la Orden Trinitaria, en la iglesia del mismo nombre en la capital.

  • Santa Cándida María de Jesús, fundadora de las Hijas de Jesús, en la capilla de su congregación en la avenida de los Reyes de España.

Santos vinculados a la Universidad de Salamanca

La Universidad de Salamanca ha sido cuna y escuela de grandes santos y doctores de la Iglesia:

  • San Pedro de Alcántara, estudiante de leyes, canonizado en 1669.

  • San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia, canonizado en 1970.

  • San Alonso de Orozco, escritor místico del Siglo de Oro, canonizado en 2002.

  • Santa Teresa de Jesús, Doctora Honoris Causa por la USAL, cuya influencia perdura cinco siglos después.

  • San Juan de Ribera, canonizado en 1960.

  • Santo Toribio de Mogrovejo, arzobispo misionero en Perú, canonizado en 1726.

  • San Juan de la Cruz, Doctor de la Iglesia y estudiante de Salamanca.

  • San Simón de Rojas, canonizado por Juan Pablo II en 1988.

  • San Miguel de los Santos, trinitario, canonizado en 1862.

  • Juan de Palafox y Mendoza, obispo y virrey, estudiante salmantino.

  • Marie-Joseph Lagrange, teólogo dominico y fundador de la Escuela Bíblica de Jerusalén, formado en Salamanca.

  • Juan González Arintero, teólogo dominico y pionero del diálogo entre ciencia y fe, también formado en la USAL.

Salamanca, semillero de fe

Además de santos y beatos, muchos otros pasaron o dejaron huella en esta tierra: san Francisco de Asís, san Ignacio de Loyola, san Toribio de Mogrovejo, san Juan Pablo II o san Juan XXIII, entre otros.

Todos ellos forman parte del rico mosaico espiritual que ha hecho de Salamanca una tierra de santos, sabios y maestros de la fe, donde la historia religiosa y cultural de España y de la Hispanidad se entrelazan de forma única.