El Pozo de los Humos rebosante de agua un año más

 

Las recientes precipitaciones en la provincia de Salamanca han transformado el Pozo de los Humos en un espectáculo natural impresionante. Ubicada en el río Uces, afluente del Duero, esta cascada es una de las más emblemáticas de la comarca de Vitigudino. Tras las intensas lluvias de los últimos días, el caudal ha aumentado significativamente, ofreciendo imágenes de gran belleza.

Se recomienda visitar el Pozo de los Humos entre diciembre y mayo, cuando las lluvias son más frecuentes y el caudal de la cascada es más impresionante. Sin embargo, es importante extremar las precauciones durante estas visitas, ya que el terreno puede volverse resbaladizo debido a la humedad.

¿Qué hace especial al Pozo de los Humos?

Esta cascada, de unos 50 metros de altura, debe su nombre a la impresionante nube de vapor de agua que se forma cuando el agua cae con fuerza sobre las rocas. En épocas de mayor caudal, como en invierno y primavera, el rugido del agua y la bruma que se eleva crean una imagen espectacular, casi mágica.

El Pozo de los Humos se puede contemplar desde dos miradores, situados en las localidades de Pereña de la Ribera y Masueco, cada uno ofreciendo una perspectiva diferente de la cascada. Desde Masueco, se puede llegar al mirador superior, desde donde se observa la caída del agua desde arriba. En cambio, desde Pereña, el sendero permite disfrutar de una vista frontal, ideal para capturar la magnitud del salto de agua.

¿Cómo llegar al Pozo de los Humos?

Para visitar este rincón natural, lo mejor es desplazarse en coche hasta alguna de las dos localidades mencionadas:

  • Desde Salamanca capital, el trayecto dura aproximadamente 1 hora y 30 minutos en coche. Se debe tomar la carretera CL-517 en dirección a Vitigudino y luego seguir las indicaciones hacia Masueco o Pereña de la Ribera.
  • Una vez en el destino, el acceso hasta los miradores se realiza a pie por senderos señalizados. Se recomienda llevar calzado adecuado, especialmente en días de lluvia, ya que el terreno puede volverse resbaladizo.