Sus cuadros están llenos de color y de formas imaginativas y creativas extrañas y muy sugerentes. Caras con peces, animales fantásticos… rozando el Surrealismo.
En toda su trayectoria aparece un elemento unificador, unos grandes ojos que nos observan desde cualquier punto, dentro de cualquier imagen y que parecen seguirnos. El mismo autor confiesa que no sabe exactamente por qué pinta siempre peces y ojos.
Sus trabajos muestran las diferentes técnicas utilizadas. En la exposición se puede contemplar cómo se alterna la aerografía, el uso de lápices de pastel, los lápices de grafito o los rotuladores.
Una de las técnicas que más llama la atención es el uso de “la plumilla” por ser con la que se ha realizado una obra que rompe con todas las que figuran en la exposición: el mapa de Salamanca.
Es un plano en alzado de la ciudad, un minucioso trabajo realizado en 1992 y donde aportó nuevos detalles sobre el plano que existía de 1858. En él se aprecian las principales arterias de aquella época, así como los diferentes monumentos y una infinidad de ventanas que nos miran.
Esta exposición permanecerá abierta en la Sala de Exposiciones La Salina hasta el 3 de noviembre.