El día 16 de diciembre de 1913, cuando el año agonizaba, las diez sociedades obreras agrupadas en la Federación Textil de Béjar declaraban una huelga en todos los oficios de la industria”.
Así comienza el trabajo Vuestros y de la causa obrera. La Gran Huelga Textil de los Siete meses en Béjar (1913-1914) con el que Manuel Carlos Palomeque López ganó el Premio “Ciudad de Béjar” 2015, convocado por el Centro de Estudios Bejaranos. Hoy, ciento diez años después de un suceso que llevó a la ciudad y a sus habitantes al límite de su resistencia económica y social, nuestra asociación ha querido rememorar aquellos hechos a través de una conferencia que tuvo lugar en el Casino Obrero de Béjar, en un acto abierto por José de Frutos, en nombre del presidente de la entidad, y presentado por la presidenta del Centro Josefa Montero García.
La conferencia impartida por el profesor Palomeque recordó la relevancia de una huelga de leyenda, como él la describe en la introducción del mencionado libro, al estar convocada por los sindicatos textiles de la ciudad, al afectar a todos los trabajadores del sector (1.070) y a sus más de 9.000 de sus habitantes, al mantener cerradas durante siete largos meses todos los establecimientos fabriles (40 fábricas) y al tener en vilo a la provincia y a todo el país. No en vano Béjar era uno de los núcleos industriales más importantes de España. No estaba en juego solo la economía de patronos y obreros, no solo se reivindicaba la mejora de los salarios y de las condiciones de trabajo. Había mucho más en juego. Las huelgas y conflictos sociales en la ciudad eran el pan nuestro de cada día. Cada vez que se debía renovar el contrato colectivo se desataba una huelga, como a principios de siglo en otro parón que duró también otros largos siete meses. En 1913 los trabajadores textiles bejaranos defendían las mejoras de sus condiciones de trabajo, sí, pero también tenían conciencia sindical y esto era algo inédito en otros conflictos similares ocurridos con anterioridad.
Durante siete largos meses la ciudad vivió en el más absoluto desconcierto, trabajando por unas partes y por otras para llegar a un acuerdo que nunca era posible. Tres alcaldes (Bernabé Sánchez-Cerrudo, Francisco González Clemente y Vicente Valle) intentaron mediar entre patronal y trabajadores en una comisión municipal que se vio desbordada por los acontecimientos. Su trabajo fue definitivo para mantener a las familias afectadas a través de una efectiva labor de asistencia. Es entonces cuando se abre una fase oficial de la huelga, en la que salta el conflicto más allá de lo local para pasar a intentar solucionarse en Madrid, a través de la implicación del gobernador civil, del Ministro de la Gobernación e incluso llegó a tratarse el asunto en el Congreso de los Diputados. La solución llegaría a través del Instituto de Reformas Sociales.
El interés de Manuel Carlos Palomeque por este tema, como bien nos explicó ayer, llegó en 2013 cuando se cumplía el centenario de la huelga. Invitado por la Agrupación Socialista Bejarana a impartir una charla, comenzó a indagar en un acontecimiento histórico nuevo para él que le embrujó de tal modo que llegó a emplear dos años de sus vida en rescatarlo del olvido. Fruto de aquella dura investigación, fue un trabajo que presentó al Premio “Ciudad de Béjar” 2015, galardonado ese año y publicado al año siguiente. Su compromiso para con la cultura bejarana continúa sin descanso, pues poco tiempo después aceptó formar parte como miembro de pleno derecho del Centro de Estudios Bejaranos, asociación en la que trabaja y aporta su saber en múltiples ámbitos, y en la que ha publicado otros dos libros.
Que sea por muchos años.
Enlace a un pequeño resumen del libro.
Texto: Carmen Cascón Matas
Fotos: Enrique García Periáñez