Publica el periódico ABC que en el Pozo de los Humos el agua se desploma desde cincuenta metros de altura y forma una cortina de agua impactante. Es una imagen impagable de naturaleza viva, sobre todo en las estaciones de lluvia. Y, en cualquier caso, es una excursión amable para disfrutar de una zona quizá menos conocida del parque natural de las Arribes del Duero.
El Pozo de los Humos está entre Pereña de la Ribera y Masueco, dos pueblos que tienen alrededor de trescientos vecinos. Allí, las aguas del río de las Uces se precipitan al vacío y forman una fotogénica cortina de agua, que incluye una especie de nube de vapor, algo parecido al vaho y al humo, como indica su nombre.
Desde Masueco
La ruta más clásica quizá sea la que va desde Masueco. Se puede avanzar en coche hasta un aparcamiento, y desde allí apenas quedarán tres kilómetros (ida y vuelta) hasta los miradores, y en especial hasta el que se encuentra encima del torrente. En los mejores días de agua, el sonido es atronador.
Para quien quiera caminar algo más, en Masueco también empieza una ruta fácil y circular de 7,21 kilómetros que pasa por el Pozo de los Humos.
Desde Pereña de la Ribera
Desde Pereña de la Ribera hasta el mirador del Pozo de los Humos hay 8,6 kilómetros por una pista por la que pueden pasar coches. El primer aparcamiento está a 2.000 metros del mirador. Hay otro a solo 400 metros de distancia, pero está cerrado de febrero a junio porque es un área sensible para la protección de especies protegidas. Alrededor mandan la encina y el roble, la jara pringosa, el torvisco o las escobas.
La cascada desciende por un impresionante cortado granítico, con una caída de 50 metros. No obstante, un saliente de roca divide el torrente de agua del río de las Uces, en su caída, en dos cuerpos. Hacia un lado, el Pozo de los Humos, y hacia el otro, el conocido como Pozo de las Vacas, que al parecer debe su nombre a un carro de bueyes cargado de grano que se despeñó en dicho lugar.
Las dos rutas hacia el Pozo de los Humos son complementarias. La primera, desde Masueco, más cercana; desde Pereña de la Ribera, en cambio, se aprecia más el entorno que la rodea, en una vista más general. «Desde el mirador de Masueco se oye, pero desde el de Pereña se ve«, dicen los que la conocen. En ambos casos, lo mejor es ir después de unos días de lluvia o en primavera. Y nunca está de más preguntar en las oficinas de turismo o estar al tanto de las redes sociales, para ver el estado real de la caída de agua y que no se vean defraudadas las expectativas.
Desde Pereña de Ribera, por cierto, se puede hacer otra ruta fácil -siete kilómetros ida y vuelta- hasta otra cascada, el Pozo Airón. También conviene anotar que cerca de ambos pueblos está la presa de Almendra, que contiene las aguas del río Tormes en la parte salmantina de las Arribes. Es la presa más alta de España con 202 m de altura sobre cimientos, y la tercera más grande en volumen de agua, tras las de La Serena y Alcántara.