25 años del fallecimiento de Pruden, máximo goleador salmantino en Primera División
Pruden Sánchez nació en Babilafuente en 1916 y falleció hace 25 años, un 25 de febrero de 1998 en Madrid. Es el jugador salmantino que más goles ha anotado en Primera División, un total de 91.
Como integrante y delantero centro del Real Madrid anotó siete hat-trick para un total de 87 goles, a uno del máximo goleador histórico del club en la época, el irundarra Luis Regueiro con 88. Además, fue máximo goleador del campeonato de liga en la temporada 1940-41, con el Athletic-Aviación Club, en el que fue artífice del segundo título de liga de la entidad, ese mismo año.
«Fue un jugador de gran oportunismo y eficacia, con un buen disparo con ambas piernas y un poderoso remate de cabeza. Le gustaba ir al choque en cada jugada y siempre incomodaba a los zagueros rivales por su fuerza y vigorosidad. No era un prodigio técnico y su estilo era poco estético, por ello siempre buscaba la portería contraria sin adornos ni florituras», así lo describe Alberto Cosín en La Galerna.
Comenzó su carrera en la Unión Deportiva Salamanca con el que subió a 2ª División antes del estallido de la Guerra Civil. Al término del conflicto permaneció una campaña más en el conjunto salmantino hasta que recibió una propuesta del Atlético Aviación para hacer una prueba en el equipo rojiblanco. En el ensayo convenció al cuerpo técnico y a los directivos y un mes después se cerró el acuerdo para su fichaje. El Atleti revalidó el título de Liga en 1940-1941 y Pruden tuvo mucho que ver al ser el máximo goleador de la competición con 30 goles.
En el periodo estival Pruden pidió a la directiva rojiblanca una ficha profesional ya que aún era jugador amateur. Las conversaciones no llegaron a buen puerto y las divergencias económicas hicieron que el ariete decidiese abandonar la entidad y regresar a la UD Salamanca. El de Babilafuente además aprovechó para continuar sus estudios de Medicina que había dejado a medias tras su mudanza a Madrid un año antes.
Los primeros rumores sobre su fichaje por el Madrid surgieron tras participar en el homenaje a Jacinto Quincoces. Disputó varios amistosos con los blancos al mismo tiempo que intentaba mantener al Salamanca en la categoría de plata. Finalmente en marzo de 1943 se cerró el trato por el que Pruden reforzaría al equipo de la capital a partir de la Copa que se disputaría desde finales de abril.
El Salamanca acabó bajando tras ser tercero de su grupo en la liguilla final por la permanencia y Pruden debutó en las filas merengues en el torneo copero precisamente ante la escuadra charra en Chamartín. Vencieron por 5-1 a su ex equipo con dos goles que llevaron su firma y en la vuelta también lograron el triunfo por la mínima. En las eliminatorias posteriores el Real Madrid derrotó a Español, Xerez y F.C. Barcelona con el famoso 11-1 en el que el artillero salmantino marcó tres dianas y se clasificó para la final en la que caerían contra el Athletic.
La parroquia blanca tenía puestas grandes esperanzas en el salmantino dadas las magníficas cifras goleadoras que tuvo en el equipo vecino. Sus actuaciones en la Copa de 1943 fueron muy buenas, pero sus dos primeras temporadas completas dejaron dudas en la directiva y en la hinchada. Nueve goles en 1944 y siete goles en 1945 fueron el bagaje en dos años en el que la escuadra entrenada por Ramón Encinas no alcanzó ningún título.
La situación cambió con la llegada de Quincoces al banquillo blanco. En el curso 1945-1946 Pruden marcó 20 goles en Liga y solo fue superado por Zarra en la clasificación de mejores artilleros. El conjunto blanco no pudo pelear por la competición doméstica pero obtuvo la Copa después de 10 años de sequía. Eliminaron consecutivamente a Club Ferrol, SD Ceuta, Alcoyano y Real Oviedo y se presentaron en la final contra el Valencia al que vencieron por 3-1, con doblete de Pruden.
La campaña siguiente se hizo cargo del equipo Baltasar Albéniz, aunque el rendimiento en Liga fue muy pobre al quedar pronto descolgados de la lucha por el título y terminar en séptimo lugar. Pruden sí rayó a gran nivel y consiguió con 22 dianas su mejor cifra de goles con la camiseta blanca en el campeonato liguero. Solo restaba una opción para no tildar de fracaso la temporada y era la Copa. La escuadra merengue defendía el título y lo acabó revalidando, algo que no hacía desde 1908. En su camino hacia la final se deshizo de Club Ferrol, Real Betis, Castellón y Athletic Club, y en el duelo por el título se vio las caras con el RCD Español. El encuentro se disputó en Riazor y el Real Madrid alzó el título tras un 2-0, el último tanto obra de Pruden en las postrimerías del choque.
El curso 1947-1948 fue el último del futbolista salmantino en la disciplina merengue. El equipo no funcionó en ningún momento de la campaña y la ansiedad y el agobio por verse en los puestos de abajo condicionó cada partido. Pruden perdió la titularidad, y tras marcar un gol en la primera jornada ante el Alcoyano estuvo 25 encuentros seguidos sin hacerlo.
Sin embargo, los otros dos goles que firmó fueron los vitales para que el Real Madrid siguiese en la Primera División. A la última fecha del campeonato, el plantel entrenado entonces por Mister Keeping llegó en el puesto once con posibilidades reales de bajar. Los asturianos habían cumplido todos sus objetivos y eso jugó a favor de los madrileños. Pruden, con dos dianas en la primera mitad, sentenció el partido y salvó al Real Madrid de la categoría de plata. Unas semanas más tarde el charro abandonó la institución madridista tras 114 partidos oficiales y 93 goles.
Su siguiente club fue el Real Zaragoza y en 1949 se marchó al Plus Ultra donde tras permanecer cuatro campañas se retiró del fútbol a los 37 años.
Nunca fue internacional con la Selección Española precisamente por la gran competencia que había para el puesto de delantero centro, donde principalmente Mundo y Zarra, que empezaba a destacar, le cerraron el paso.
Tras colgar las botas siguió ejerciendo la medicina, y en 1953 entró en los servicios médicos del club merengue. Lo compaginó algunos años con el puesto de delegado y posteriormente ejerció como médico de empresa hasta su jubilación.
En 1958, el presidente de la UD Salamanca y antiguo compañero suyo Dámaso Sánchez de Vega le entregó la máxima distinción del club en homenaje a todos los años que se enfundó la camiseta charra.