Homenaje a Diego de Deza por el 500 aniversario de su muerte
Guillermo Pérez-Galicia, presidente de la Asociación Cultural Beatriz Galindo, rinde homenaje al inquisidor Diego de Deza por el 500 aniversario de su muerte.
Nació en Toro en 1443 en el seno de una noble familia de ascendencia gallega, iniciando sus estudios en la Universidad de Salamanca. Tras su finalización, fue nombrado prior del convento dominico de San Esteban, para, a continuación, entre los años 1477 y 1486, simultanear sus labores priorales con la enseñanza de Teología como profesor y catedrático de dicha universidad.
En 1486 fue nombrado tutor del príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos, y se introdujo en la vida de la Corte, renunciando a su cátedra. En 1494 fue nombrado obispo de Zamora y poco después de Salamanca. El príncipe residió con él y en esta ciudad contrajo la enfermedad que le llevaría a la muerte, en octubre de 1497. En 1498 fue nombrado obispo de Jaén, y entre 1500 y 1504 ocupó el obispado de Palencia, siendo nombrado posteriormente arzobispo de Sevilla, cargo que ocupó desde 1504 hasta 1523, cuando falleció durante el viaje de ida a su toma de posesión como Arzobispo de Toledo.
Como prelado, destacó por el interés en elevar el nivel cultural del estamento eclesiástico y en fortalecer su disciplina, así como por su actividad sinodal: convocó el Concilio de Salamanca de 1497 y el de Palencia de 1500, cuyos capítulos reflejan sus preocupaciones reformistas. Sin embargo, los cargos que poseía en la Corte, a los que en 1500 se añadieron los de capellán mayor, confesor real y Gran Canciller de Castilla, le impidieron residir en las sucesivas diócesis que regentó. En 1497, tras la publicación de la bula Quanta in Dei Ecclesia y mediante la concesión del breve Alias ex certis, el Papa le encomendó la reforma de la Orden de los dominicos; mediante el breve Alias ex vobis (14 de noviembre de 1499), fue encargado junto con Cisneros y Francisco Desprats de la reforma de las comunidades mendicantes.
Los historiadores le atribuyen un papel decisivo como mediador de Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos. Defendió ante los Reyes las ideas de Colón, de quien fue amigo, y lo acompañó a Salamanca para enfrentarse al claustro de la Universidad. Probablemente, a través de Deza se produjo el contacto de Colón con el cardenal Pedro González de Mendoza. Como también en 1512 para que el inquisidor Alonso Manso, primero consagrado en América y Puerto Rico, fuera con su familia a esa isla.