El director del Museo, Miguel García Figuerola, ha señalado que esta exposición, inusual dentro de las que viene programando el museo en sus salas de temporales, pretende rendir homenaje a la industria del cine de posguerra, contribuyendo así a mostrar el talento de unos creadores, trascendentes para la historia cultural del país, más allá del contexto político en el que trabajaron y de las carencias que encontraron para llevarlo a cabo en una España arruinada por la guerra.
Comisariada por Pedro Ramos Sánchez, la exposición muestra documentos, obras literarias, fotografías y material cinematográfico de época relacionado con ‘La torre de los siete jorobados’. Permitirá disfrutar, los sábados y domingos a las 12:00 horas de la proyección de la que se ha convertido en uno de los grandes clásicos del cine fantástico, la primera gran cult movie española, cima de la obra de Edgar Neville
‘La Torre de los siete jorobados’ se estrenó a finales de 1944. Aunque en su época no tuviera reconocimiento alguno por parte de la crítica ni fuera un éxito comercial, con el tiempo se ha convertido en una película de culto.
En su argumento confluyen dos personalidades relevantes, culturalmente, en el Madrid de la primera mitad del siglo XX. La primera es Emilio Carrere, un escritor de éxito popular, muy prolífico, que abarcó con su pluma todos los géneros literarios.
A él se debe la obra original, escrita antes de 1920, donde se plasma la historia que se llevará a la gran pantalla veinte años después.
La segunda, es el director de cine y escritor Edgar Neville, diplomático de carrera y representante de la jet española, reconvertido para el séptimo arte tras su estancia en Hollywood. Neville fue autor del guion técnico de ‘La Torre de los siete jorobados’, realizado a partir del escrito por José Santugini.
Su encasillamiento dentro del género fantástico es una de las razones que convierten el film en un producto extraño dentro del panorama cultural hispano, puesto que lo inverosímil no ha merecido, salvo excepciones, la atención de los escritores y artistas españoles. A propósito de ello conviene decir que la novela escrita por Carrere posee un elenco de elementos fantásticos que se diluyen, en gran medida, en el guion adaptado por Neville.
Una segunda razón que explica la importancia del film es la presencia de ciertas pinceladas expresionistas que, según los críticos, son obra de Pierre Schild, decorador de origen ruso, con una larga trayectoria dentro del ámbito cinematográfico, en Alemania y en Francia, donde colaboró con Luis Buñuel.
Contribuye también a la mitificación de la película el grupo de actores con el que contara Edgar Neville y los técnicos de los que se rodeó para realizarla.
La exposición permanecerá en el Museo del Comercio y la Industria hasta el 17 de septiembre.