El nuevo proyecto de Siega Verde para atraer turismo
El sitio arqueológico de Siega Verde —junto con el yacimiento hermano de Portugal, Foz Côa— se ha unido al proyecto “TexTour” para la promoción y atracción del turismo cultural europeo promovido por la Fundación Santa María La Real.
“TexTour” se ha puesto en marcha a finales de la semana pasada con la participación, además de la Fundación Santa María La Real, de otras 17 entidades de once países: Alemania, Bosnia y Herzegovina, Chipre, España, Estonia, Hungría, Italia, Líbano, Polonia, Portugal y Ucrania. Todas ellas representan “la quíntuple hélice de la innovación social”: conocimiento, empresa, sociedad, gobierno y emprendedores.
“El turismo cultural sostenible consiste en gestionar el patrimonio cultural y el turismo de forma integrada. Se trata de trabajar con las comunidades locales para crear beneficios para todos los implicados. El objetivo general es conservar el patrimonio cultural tangible e intangible al tiempo que se desarrolla un turismo que sea sostenible”, afirma Daniel Basulto, técnico de la Fundación Santa María la Real que será el encargado de dirigir el proyecto a nivel global.
Los conocimientos adquiridos en “TexTour” se pondrán a disposición de los responsables políticos, los profesionales y las comunidades locales en una innovadora plataforma de acceso abierto, que permitirá evaluar las estrategias.
“TexTour” diseñará políticas y estrategias basadas en turismo cultural con impacto positivo en el desarrollo socioeconómico territorial. Para ello, se servirá de las TIC y de las herramientas de innovación social con las que trabajará en ocho pilotos en zonas turísticas menos conocidas, uno de ellos Siega Verde.
Se trata de un proyecto que cuenta con una importante financiación de la Unión Europea, 3.950.468,75 euros, para su desarrollo a lo largo de los próximos 42 meses, hasta junio de 2024, en el marco del programa de investigación e innovación “Horizonte 2020”.
Pinturas de pastores Patrimonio Mundial
Los trabajos de investigación impulsados por el Museo de Salamanca en el año 1988 llevaron al descubrimiento y catalogación de los grabados rupestres de Siega Verde, gracias al testimonio de Ángel Hervalejo, natural de Serranillo, que habló a los investigadores de unas “pinturas de pastores” existentes junto al cauce del río Águeda.
Este testimonio permitió sacar a la luz el primero de los grabados de Siega Verde, un équido paleolítico sobre una de las rocas de pizarra de lo que actualmente es la zona sur del yacimiento.
A partir de aquí, los investigadores realizaron un rastreo de la zona, descubriendo en sucesivas campañas el resto de los paneles hasta los 91 catalogados en la actualidad.
A pesar de la indudable importancia del yacimiento, pasaron 10 años hasta que en 1998 se declaró como Bien de Interés Cultural y comenzó la protección real del sitio arqueológico.
Un reconocimiento que alcanzó en agosto de 2010 su meta máxima con la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, como extensión del yacimiento rupestre del Vale do Côa, en Portugal.
“La propia declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco ya da una visión de la importancia del yacimiento de Siega Verde, además de ser el máximo en cuanto a reconocimiento y protección que puede contar un bien cultural”, destacó ayer la arqueóloga de la delegación territorial de la Junta en Salamanca, Esther González.