Más allá de su amplio espectro vital, nadie puede sustraerse de vincular a Miguel de Unamuno con las aulas universitarias, bien en su faceta docente como profesor, o en su dimensión gestora como rector, vicerrector y decano de la Universidad de Salamanca. Este el objetivo de la exposición “Unamuno. Profesor y rector”, que podrá visitarse hasta el próximo 29 de enero de 2023 en la sala del Patio de Escuelas Menores.
A través de fotografías, documentos y recortes de prensa, la muestra recuerda el paso de Unamuno por el claustro universitario, deteniendo la mirada en aquellos hitos que marcaron un antes y un después en la crónica vital de nuestro protagonista y, consecuentemente, de la Universidad, al ser la historia de esta durante aquellos años, un relato de su propia vida personal, según explicó el comisario de la exposición, Francisco Blanco en la rueda de prensa a la que también asistieron el rector Ricardo Rivero y la vicerrectora de Estudiantes, Celia Aramburu.
La colección consta de cuatro partes que sustentan el cuerpo de la misma: la primera, referida a la actividad docente desarrollada en la Universidad; la segunda, dedicada a su gestión al frente del Estudio durante los diecinueve años que ocupó el sillón rectoral: la tercera parte se ocupa de los problemas que tuvo en el rectorado; concluyendo el cuarto apartado mostrando los amigos y adversarios que tuvo en el Estudio.
“Exposición ilustrativa, sin pretender hacer un compendio doctoral; informativa, para satisfacer la divulgación de sus contenidos; cercana a todos los visitantes en los contenidos que la integran; de fácil observación sin comprimir abusivamente el espacio con textos; cómodo seguimiento en su estructura organizativa; y con rigor histórico, refrendado por los documentos que aporta”, subrayó Blanco.
A lomos de tal empeño hemos rastreado la estela de tan noble caballero, proclamando que su vida fue de lucha permanente en defensa de la verdad y la justicia, para hacer del romántico quijotismo norma de conducta, y despertar las conciencias de oyentes y lectores. Moral de quien fue quijotista –no cervantista– nacido lejos de La Mancha y asentado en la conventual Salamanca, claustro y celda del catedrático andante, que tuvo como lema defender la verdad por encima de la paz.
Las oposiciones a la cátedra de griego, su llegada a Salamanca, las polémicas locales, el nombramiento de rector, los problemas de las Facultades Libres y las clínicas, los sucesos de abril de 1903, la salida al autoexilio, su retorno, los sucesivos nombramientos y ceses, el homenaje nacional con motivo de su jubilación y los episodios finales de su vida, son algunos de los temas que el visitante encontrará en la exposición.
Unamuno profesor
Fue Unamuno maestro vocacional, aunque no tengamos explicación para ello. Vocación docente que llevó más allá de las aulas, haciendo de su palabra y obra literaria un foro de concienciación y cultura, donde la inquietud por la enseñanza y su tenaz empeño en educar fue el sustrato que alimentó cada una de las páginas de su vida.
Durante los treinta y nueve años de enseñanza universitaria antepuso a cualquier otra ocupación su actividad escolástica, alejada de actitudes docentes al uso, sencillamente porque no actuaba en clase como el resto de sus compañeros, sorprendiendo a colegas y alumnos con el aire nuevo que llevó a las aulas.
El soplo liberal que tanto necesitaba la Universidad salmantina fue dado por Unamuno con gran coste personal debido a la oposición frontal que tuvo por parte del integrismo tradicional dominante, contribuyendo a la hostilidad su condición de vasco, joven, liberal y socialista.
Autoridad de maestro, basada en su erudición, competencia, trato personal y amor a la enseñanza, llegando a ser padre de una prole de «hijos espirituales» alimentados por él de cultura y compromiso moral, a los que transmitió lo mejor de sí mismo, injertando en ellos vocación intelectual, sabiduría, pacto de verdad y compromiso social.
Rector Unamuno
Su concepción de la universidad como lugar sagrado de trabajo, templo de la sabiduría y paradigma de la verdad, le hacía revolverse contra una institución dormida, anquilosada, hermética, perezosa y carente de la fuerza creativa necesaria para llevar el timón cultural de la patria. La realidad de una escuela vulgar y ramplona, provocaba en él decepción y desánimo que le impedían acometer reformas para sacarla de su estado.
La universidad por él soñada era un cuerpo vivo cuyos latidos revitalizarían la atmósfera de cansancio, la desgana, y el absentismo de profesores y alumnos, al tiempo que limpiaría la niebla de lacras que hacían imposible su renacer. Como rector, fue Unamuno la encarnación opuesta a la universidad que gobernaba, el paradigma de lo que debía representar la escuela, el modelo de libertad creativa que demandaba, el compromiso con la verdad que exigía, la entrega al trabajo que mostraba y el amor al oficio que ejemplarizaba en cada uno de sus actos.
Miguel de Unamuno fue rector de la Universidad de Salamanca durante diecinueve años, divididos en dos periodos: el primero desde 1900 hasta 1914; y el segundo desde 1931 a 1936.
Problemas rectorales
Pensaba Unamuno que el rector no debía esconderse ante los problemas ni tolerar injusticias o atentados a la libertad de pensamiento y creencia.
No fue partidario de las algaradas y huelgas estudiantiles, tratando de evitarlas, renunciando a participar en ellas y denunciando toda violencia para conseguir un objetivo. Por ley, estaba obligado como rector a tomar las medidas necesarias para el mantenimiento del orden y la disciplina escolástica, lo cual no siempre fue posible.
A pesar de su celoso cuidado por mantener la paz interior en la Universidad, tuvo Unamuno importantes problemas durante su rectorado, que afrontó con decisión y compromiso, uno de los cuales siempre estuvo presente en su memoria
Amigos y adversarios en la Universidad
En ciertos sectores de opinión se ha mantenido el criterio de que Unamuno fue persona atrabiliaria y de pocos amigos, por su hipotético genio destemplado y violento, siendo la realidad bien distinta, pues la nómina de amigos fue muy superior a la de adversarios, extendiéndose a número difícil de calcular las amistades epistolares que mantuvo sin conocer personalmente a muchos de los corresponsales.
Recorriendo la vida universitaria de don Miguel encontramos abundantes amigos que le acompañaron durante años en claustros, reuniones, veladas, viajes, problemas y banquetes, teniendo todos ellos en común el poso de amistad sincera, duradera y, en momentos, dolorosa, pues como él decía hay pocas cosas más tristes que contabilizar el número de amigos que se van dejando en el camino.
Pero junto a los amigos, también tuvo la animadversión de ciertos colegas, notorios, significativos y destacados como detractores.
Fue la lealtad virtud esencial en Unamuno. Lealtad a sus ideas; lealtad a su familia; lealtad a los amigos; y lealtad a la verdad, más allá de la paz.
Hablar de los amigos universitarios de Unamuno es hablar de fidelidad y compromiso; de permanencia y generosidad; de dar y compartir; de respeto y confianza; de incondicional entrega y de complicidad.
La exposición “Unamuno. Profesor y rector” podrá visitarse en la sala de exposiciones del Patio de Escuelas Menores hasta el 29 de enero de 2023, de martes a sábados de 12:00 a 14:00 horas y de 17:30 a 20:30 horas; y los domingos y festivos de 10:00 a 14:00 horas. Lunes cerrado