La fotografía de hoy es de Rosa Sánchez. Imagen de la Catedral de Salamanca desde la calle Arroyo de Santo Domingo.
El recorrido de varios arroyos en la ciudad condicionó no solo el trazado de las calles sino también la movilidad de sus habitantes. Antes de que sus cauces fueran cubiertos por razones de salubridad, ya que la mayor parte del tiempo solo contenían aguas putrefactas y malolientes, se vadeaban utilizando puentecillas que, según la profesora Rupérez Almajano, alcanzaban el número de 21 en el siglo XVIII.