Anoche con la Misa del Gallo en las iglesias salmantinas y de todo el mundo comenzó la Navidad, que se prolongará este año hasta el 10 de enero del año próximo. En la Catedral Vieja presidió la celebración el obispo de Salamanca y de Ciudad Rodrigo, José Luis Retana.

En su discurso de este año ha dirigido su felicitación de Navidad a todos los diocesanos con un mensaje sencillo y directo, centrado en el sentido más profundo de estas fiestas y en la cercanía de Dios que se hace niño para acompañar la vida de las personas.

En su mensaje, el prelado recuerda que la Navidad tiene un protagonista claro: Jesucristo. Dios, que ama profundamente a la humanidad, ha querido entrar en la historia de una manera cercana y humilde, haciéndose pequeño y vulnerable, para decirnos personalmente “que está con nosotros y que estará siempre“

El obispo subraya así el significado cristiano de la Navidad como anuncio de esperanza y de cercanía, un tiempo para redescubrir que Dios no se mantiene distante, sino que sale al encuentro del ser humano desde la sencillez y la debilidad de la carne de un niño pequeño.

De manera especial, Retana ha querido dirigir su felicitación a quienes viven estas fechas con mayor dificultad. En su mensaje tiene un recuerdo cercano para los enfermos, los ancianos, las personas privadas de libertad, quienes no tienen trabajo y todos aquellos que atraviesan situaciones de sufrimiento o dolor. A ellos les recuerda que ocupan un lugar preferente, “sois los preferidos de Jesús y de la Iglesia”,  y también, “del obispo”.