Ábalos y de Aldama pillados en Salamanca. «Todo el mundo tiene derecho a tomarse un café con quien quiera»

La emblemática Plaza Mayor de Salamanca ha sido testigo de innumerables encuentros a lo largo de su historia, pero pocos tan llamativos como el que protagonizaron este sábado el exministro José Luis Ábalos y el empresario Víctor de Aldama. La imagen de ambos conversando en una de las terrazas más concurridas del casco histórico no ha pasado desapercibida y ha comenzado a generar especulaciones sobre el motivo de su reunión.

Ábalos, quien fuera una de las figuras más destacadas del Gobierno de Pedro Sánchez en años recientes, parece mantener su agenda activa, a pesar de haber dejado atrás el foco de la política nacional. Por otro lado, Víctor de Aldama, conocido por su participación en distintos proyectos empresariales y sociales, como la cercana presidencia del club de fútbol Zamora, no es ajeno a las conversaciones que trascienden lo estrictamente privado.

La fotografía, tomada aparentemente por Inocencio García Izaguirre, muestra a ambos en lo que parece ser una charla distendida, aunque no se descarta que detrás de la naturalidad de la escena se esconda algo más relevante. Salamanca, ciudad histórica y estratégica, podría haber sido elegida como un escenario neutral para hablar de negocios o incluso de un proyecto que combine intereses políticos y empresariales, quizás deportivos.

Consultadas algunas fuentes cercanas a los protagonistas, el hermetismo ha sido la norma. «No tengo información al respecto», aseguran desde el entorno de Ábalos, mientras que desde el círculo de Aldama se limitan a señalar que “todo el mundo tiene derecho a tomarse un café con quien quiera”.

Las redes sociales, como era de esperar, no han tardado en reaccionar. Los comentarios van desde quienes auguran una nueva colaboración de calado hasta quienes insisten en que se trata de una mera casualidad o un encuentro fortuito.

Por el momento, ni Ábalos ni Aldama han hecho declaraciones públicas sobre este encuentro en Salamanca. Sin embargo, una cosa es segura: la Plaza Mayor no sólo sigue siendo un lugar privilegiado para disfrutar de un buen café, sino también para alimentar la imaginación de quienes buscan historias entre bambalinas.

¿Será esta reunión el germen de algo más grande o simplemente un cruce de caminos sin mayor trascendencia? El tiempo, como siempre, será el encargado de responder.