La Universidad Pontificia de Salamanca, perteneciente a la Conferencia Episcopal Española, ha inaugurado la nueva capilla de la Facultad de Comunicación, desde que fuera eliminada hace casi 20 años. El gran canciller de la Universidad, José Luis Retana, ha realizado el ritual de la bendición y dedicación del Altar, en una ceremonia en la que han participado el rector, Santiago García-Jalón, los vicerrectores, la secretaria general, el gerente, el equipo decanal de la Facultad de Comunicación y varios miembros de la comunidad universitaria, así como el propio arquitecto.
Los alumnos ya no tendrán que trasladarse a otros lugares para rezar o celebrar la Eucaristía, como sucedía cuando el capellán de la Facultad, el ya fallecido Pepe Ramos, debía realizar diferentes actividades pastorales fuera de las instalaciones universitarias.
El rector de la UPSA, Santiago García Jalón, ha recordado el carácter católico de la Universidad y, por tanto, la responsabilidad de “acercar y posibilitar a estudiantes, profesores y trabajadores el encuentro con el Señor; un encuentro que se produce con el ejercicio de la docencia y la investigación, en primer lugar, buscando y transmitiendo la verdad, especialmente en una Facultad de Comunicación, pero también, dando la oportunidad de participar en la vida de la Iglesia, en la liturgia de la Iglesia, en todas las actividades que promueva la Capellanía de la Universidad”.
Por último, el Rector ha destacado que esta nueva Capilla evidenciará la presencia del Señor, “hará que sea evidente, que sea patente que nos acompaña en el desempeño de nuestras tareas cotidianas y eso se hace visible con la presencia eucarística”.
Anotaciones técnico-arquitectónicas de Pablo Guillén Llanos
La obra que hoy se presenta es, en palabras de su arquitecto Pablo Guillén Llanos, “el resultado de la búsqueda de la belleza”. Así, ha explicado que se trata de una intervención sencilla, de estilo moderno, acorde con el edificio donde se ubica. Por este motivo, “la capilla se concibe como un espacio abierto, que deja patente su existencia para los usuarios de la Facultad y de todo aquel que acceda a la misma”, ha relatado.
El espacio de la sala se resuelve con dos paredes de vidrio prensado, que forman distintos pliegues para orientar la mirada hacia el altar. Estos vidrios deforman las imágenes y difuminan los reflejos de oro que se vierten desde el retablo, consiguiendo con ello un espacio casi mágico.
En cuanto al retablo, es una pared entera de pan de oro de la que emerge la Cruz. En el centro del mismo se ubica el sagrario, obra del reconocido arquitecto Heliodoro Dols.
La idea principal de este espacio, y la más complicada en estos encargos, ha confesado Guillén Llanos, “es conseguir un espacio de recogimiento que invite al usuario a rezar”. Por ello, el arquitecto y autor de la Capilla ha concluido que “toda decisión tomada para esta obra gira alrededor de este fin”.