La fotografía de hoy es de Teresa Lucas. Imagen de la plaza de Fray Luis de León en Salamanca.
Bajo estos suelos se ocultan los vestigios de una parte desaparecida de la ciudad. La plaza, antaño conocida como Atrio de San Agustín, albergaba el convento de los agustinos, lugar donde residió y fue enterrado Fray Luis de León, y hogar de otros frailes célebres como San Juan de Sahagún, Santo Tomás de Villanueva, fray Diego Tadeo y Alonso de Orozco. Los terrenos donde se levantó el convento fueron cedidos a la orden en 1377. Aunque sobrevivió a un incendio en 1589, otro siniestro mucho más devastador en 1744 lo destruyó por completo. Más tarde, durante la Guerra de la Independencia, el convento fue demolido por las fuerzas francesas, y aunque fue reconstruido en 1827, fue desamortizado apenas una década después.
El convento de los agustinos, según lo que relata José Antonio Bonilla en su ‘Callejero histórico’, fue uno de los monumentos más imponentes de Salamanca, obra del renombrado arquitecto Juan de Álava, con una fachada que rivalizaba con la del convento de San Esteban. Un grabado que se conserva muestra el estado del edificio tras ser saqueado y destruido por las tropas francesas, quienes también volaron el colegio del Rey, el colegio Trilingüe y las casas que rodeaban el convento de San Agustín, incluida la torre del colegio de Oviedo.