La Diócesis de Salamanca celebró la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, conocida como el Corpus Christi, el Día de la Caridad. Esta festividad coloca a la Eucaristía en el centro de atención, considerada como el “sacramento de la caridad”, fue instituida por Jesús en la Última Cena cuando pidió a sus discípulos: “Haced esto en memoria mía”. En este día, los cristianos son invitados a recordar y actualizar el sacrificio y la entrega de Cristo, compartiendo su amor y servicio, especialmente a los más vulnerables.

En Salamanca, esta festividad se celebró solemnemente en la Catedral Nueva, donde el obispo de la diócesis, José Luis Retana, presidió la Eucaristía del Corpus Christi concelebrada por el presbiterio diocesano. La celebración concluyó con la procesión con Jesús Sacramentado que recorrerá las calles de la capital y la bendición en el atrio de la Catedral.