25 años del fallecimiento de Gonzalo Torrente Ballester
Gonzalo Torrente Ballester nació en Serantes, Ferrol, el 13 de junio de 1910 y murió en Salamanca el 27 de enero de 1999. Fue un profesor y literato español, uno de los más aclamados de su generación. Fue galardonado con el Premio Cervantes, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y el Premio Nacional de Narrativa.
Se trasladó a Salamanca para impartir clases en el instituto Torres Villarroel. Durante los casi veinticinco años que vivió en Salamanca, congregó a su alrededor la vida cultural de la ciudad universitaria, y era habitual verle en el centenario café literario Novelty, en la Plaza Mayor, donde ahora existe, en su memoria, una estatua, hecha por su amigo el escultor Fernando Mayoral.
Publicó su ensayo El Quijote como juego, en Guadarrama, y apareció en libro la columna Cuadernos de La Romana, en Destino. En 1976 sufrió un infarto, pero publicó Nuevos cuadernos de La Romana, continuación de la columna de Informaciones, en Destino. En 1977 leyó su discurso de ingreso en la RAE, en la que ocupó el sillón E mayúscula, con el título Acerca del novelista y de su arte. Fue contestado por Camilo José Cela. Publicó Fragmentos de Apocalipsis y salió el primer volumen de un proyecto de Obra completa en Destino, que no continuará. En 1978 inició la redacción de relatos para Las sombras recobradas, libro que publicó en 1979, en Planeta.
En 1980 se jubiló de la docencia y recibió el homenaje de la ciudad de Salamanca. En 1981 se alzó el Premio Nacional de Literatura por La isla de los Jacintos Cortados e inició la serie de artículos Cotufas en el golfo, en el diario ABC. Publicó un Currículum, en cierto modo, en la revista Triunfo. Supervisó el guion y la producción de la serie de TV Los gozos y las sombras, basada en su trilogía. En 1982 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, ex aequo con Miguel Delibes Setién. Sus alumnos del instituto Torres Villarroel le brindaron en 1983 un homenaje, y le regalaron un ejemplar manuscrito por ellos mismos de la primera parte de El Quijote.
En 1987 fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca y publicó: Yo no soy yo, evidentemente.