La fotografía de hoy es de Chus Calles. Imagen de la calle Espoz y Mina en Salamanca.

Larga, como fueron pocas calles de la ciudad, y estrecha, como todas. Esta calle discurría entre la plaza de Santo Tomé (Plaza de los Bandos), cuya bocacalle no superaba los tres metros, y la calle del Prior donde desembocaba, aún más estrecha, en una pequeña plaza frente al palacio de los Tejeda. A ella confluía, y aún lo hace, la Cuesta del Carmen por el oeste y la calle Peripacho, que la comunicaba con la calle del Concejo, por el este. Esta calle se ensanchó en 1842 hacia el norte, ocupando terrenos de los corrales que habían sido del convento de los Carmelitas Descalzos desamortizado en 1836, formando una plaza que recibió el nombre de plaza de la Libertad. Para entonces, en plena euforia liberal, se le dio el nombre de calle de Espoz y Mina en recuerdo del célebre militar (Idocin, Navarra, 1781 – Barcelona, 1836), olvidando su antiguo nombre de calle de Cabrera que recordaba a Ponce Giraldo de Cabrera, noble de origen catalán fundador de la estirpe de los Ponce de León.

La calle albergó algunas casas señoriales de las que todavía guardamos trazas como la de los Rodríguez del Manzano y la próxima de los Monroy con los que protagonizaron el conocido y trágico suceso. Ambas casas pertenecen a la misma tipología de edificios del siglo XV, con portada de arco de medio punto con grandes dovelas y alfiz con los escudos familiares.