El ‘Citroën 2 CV’ nueva pieza del mes de diciembre en el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca
El Museo de Historia de la Automoción de Salamanca (MHAS) se enorgullece de mostrar un Citroën 2 CV del año 1969 como última pieza del mes de este año. Un tributo a la rica herencia automovilística, que el MHAS presenta con orgullo a todos los públicos. Este emblemático modelo de automóvil, reconocido como un auténtico icono en la historia del automóvil, destaca como una obra maestra del diseño y la mecánica, que ha dejado una huella imborrable en el ámbito de los vehículos populares.
El homenaje no se limita solo al modelo principal expuesto en el MHAS, sino que se extiende a otras variantes igualmente notables, como el AZL, Charleston, ‘Márcatelo Zapatilla’, Dolly, AMI, furgonetas AZU, AKS y Dyane 6 400, así como sorprendentes ejemplares anfibios y deportivos que formaron parte de una exposición única en el año 2016 en este espacio museístico; y que aún se pueden contemplar en nuestra página web. Estos modelos, cada uno con su propia singularidad, contribuyen a la rica narrativa que rodea al Citroën 2 CV.
Con una producción que abarcó desde 1949 hasta 1990, el 2 CV no solo conquistó el mercado con su diseño distintivo y su versatilidad, sino que también se convirtió en el símbolo de un estilo de vida; utilizado tanto en el entorno rural como en el urbano. La presencia de este vehículo en el museo no solo celebra su éxito comercial sino también su papel en la configuración de la cultura automovilística a lo largo de décadas.
Un poco de historia
Conocido en España como ‘Cirila o Cabrilla’, el Citroën 2CV tiene esta denominación al hacer referencia a la medida de la potencia fiscal del motor (2CV: ‘deux chevaux vapeur’, ‘dos caballos de vapor’); se trata de un vehículo entrañable y práctico fabricado a lo largo de la historia en diferentes países del mundo, como Argentina, Bélgica, Chile y Portugal. Sin embargo, su origen es francés y se remonta a los años previos a la II Guerra Mundial. Tras la muerte en 1935 de André Citroën, fundador de la marca, toma posesión del cargo de presidente de la compañía, Pierre Boulanger quien será el verdadero artífice de uno de los primeros vehículos populares de la historia, el futuro 2CV.
Bajo el sobrenombre de ‘TPV: Toute Petite Voiture / Un coche pequeño’, con la premisa de fabricar un modelo de bajo coste y con el apoyo de una de las primeras campañas de marketing de la historia, nació el proyecto del Citroën 2CV, donde grandes genios de la mecánica y carrocería confluyeron para desarrollar un vehículo diferente. Tras el Modelo A inicial, en 1955 llegó el Modelo AZ con un motor más potente, de 425 cc, embrague centrífugo, intermitentes, luces delanteras y traseras, etcétera. En 1957 surgió en el mercado la variante de lujo, AZL y dos años después el Modelo AZLP, con una puerta en el maletero y luz antiniebla de serie.
Diez años más tarde de su nacimiento, el automóvil, con un espíritu más práctico, evolucionó y dejó atrás una época de austeridad y sobriedad; pudiéndose adquirir en cuatro modelos diferentes, con distintos acabados y con cuatro colores a elegir.
Desde sus inicios, el 2CV cosechó un gran éxito comercial y suscitó un gran interés entre los compradores. Tal fue la acogida del modelo, que existió una lista de espera para su adquisición cercana a los 5 años y el precio de un 2CV de ocasión, en ciertos momentos, llegó a superar el precio de un automóvil recién salido de fábrica.
El éxito del 2CV y sus características de diseño propiciaron su versatilidad y que la marca lo adaptara a múltiples variantes, como las que se recogen en la exposición como el AMI, Mehari, AZU… y evolucionara, posteriormente, al C8, Dyane 6, etcétera. Además, otras empresas especializadas lo tomaron como base para sus adaptaciones y homologaciones, en muchos casos sorprendentes.