Beato José Polo Benito, mártir
José Polo Benito nació en Salamanca el 27 de enero de 1879. Tiene una calle en su honor en pleno centro de la ciudad, la calle Deán Polo Benito, entre la calle Toro y la plaza de Santa Eulalia. Estudió en el Seminario de Salamanca los cuatro años de latín y 1º de Filosofía, continuó en Ciudad Rodrigo 2º y 3º de Filosofía y 1º de Teología. Volvió a Salamanca en 1897 para terminar los estudios, doctorándose en Teología y Cánones. Siendo todavía estudiante dirigió La Semana Católica.
Ordenado sacerdote en 1904, inició su actividad pastoral como coadjutor de Sancti-Spíritus. En 1905 fue nombrado catedrático de la Universidad de Salamanca, y capellán de las religiosas franciscanas de la ciudad; en 1907, Secretario de cámara del Obispado; en 1908, canónigo y examinador sinodal. En 1911 marchó a Plasencia como maestre-escuela de la catedral de esta ciudad; en 1912, secretario del Gobierno Eclesiástico y administrador de los fondos de esta diócesis; en 1913, gobernador eclesiástico por vacancia de la sede en 1913, y en 1918, deán de la catedral. Dirigió la revista Las Hurdes, organizó el Congreso Nacional Hurdanófilo celebrado en Plasencia y fundó y dirigió el periódico Regional (1907-1914). Participó en el Congreso Eucarístico Internacional de Viena, en el Congreso Social de las Asociaciones del Norte, celebrado en Plasencia, en la Asamblea de la Buena Prensa, en Zaragoza, y en el Congreso de Previsión Social de Barcelona.
El 25 de enero de 1923 fue nombrado deán de la catedral de Toledo, donde continuó su actividad pastoral y humanística. Ingresó como académico en la RAH el 5 de abril de 1925, y fue asimismo vicepresidente del Consejo del Patronato de Previsión del Instituto Nacional de Previsión, presidente de la Comisión Provincial de Monumentos, de la Esclavitud de Nuestra Señora del Sagrario y de la Dirección de Peregrinaciones a Roma y Oriente. Colaboró con asiduidad en los periódicos ABC y Mundo Católico, así como Prensa Asociada, y dirigió la revista Tierra santa y Roma. También escribió para La Razón de Buenos Aires y otros periódicos y revistas extranjeros. Se presentó a las elecciones de las Cortes Constituyentes en 1931.
Fue asesinado al comienzo de la Guerra Civil Española, el 22 de agosto de 1936, fusilado en la Puerta del Cambrón de Toledo junto a un grupo de 80 personas, entre los cuales estaba al parecer Luis Moscardó, el hijo del coronel Moscardó, defensor del Alcázar de Toledo y Manuel Basarán del Águila.
Escribe Javier Paredes (Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá) que «el 23 de agosto, cuando los milicianos asaltaron la cárcel y ataron a los presos de dos en dos para llevarlos a las afueras de Toledo para asesinarlos, los dos hijos de Moscardó fueron atados juntos.
Se produjo entonces el único gesto de humanidad de aquellos asesinos, porque uno de ellos, al fijarse en Carmelo, que tenía dieciséis años y una cara que le hacía todavía más niño, le soltó, le devolvió a la cárcel y ató al beato José Polo Benito con el hijo mayor de Moscardó.
En total había ochenta hombres en aquella cuerda de presos, a los que les dijeron que les trasladaban al penal de Ocaña. Cuando les sacaron ya era de noche y los relámpagos de una tormenta de verano dejaban ver la caravana de los que iban a ser asesinados.
Pronto comprendieron cuál era su verdadero destino y comenzaron a rezar en voz alta el Rosario. Cuando llegaron a la puerta del Cambrón la comitiva se dividió en dos. Y entonces el beato José Polo se dirigió a los asesinos en estos términos:
—Dios es testigo del crimen colectivo que van a consumar. Dios les pedirá cuenta. Él, en nombre de todos, les perdona.
A continuación, unas ráfagas de ametralladora acabaron con la vida de aquellos ochenta hombres, la mitad fueron asesinados en la Puerta de Cambrón y lo otra en la Fuente Salobre. Los asesinos abandonaron los cadáveres y fueron a celebrarlo con vino en una cantina, donde a uno se lo oyó decir:
“¡Vaya con el canónigo! ¡No le paró el miedo la lengua!”.
Al día siguiente los cadáveres fueron trasladados al depósito de Nuestra Señora del Sagrario y posteriormente enterrados en una fosa común. El 1 de febrero de 1941, sacaron el cuerpo del beato José Polo Benito y lo depositaron en un ataúd en el cementerio de los canónigos del Cristo de la Vega. En los años siguientes se trasmitió la noticia de que al beato José Polo Benito, en lugar de darle el tiro de gracia le destrozaron la cabeza a golpes de culata de fusil.
Y en efecto eso se pudo comprobar cuando fue exhumado el 1 de febrero de 2007, con motivo de su beatificación. En la exhumación estuvo presente el cardenal primado de Toledo, monseñor Antonio Cañizares Llovera. Cuando abrieron el nicho se pudo ver el buen estado del ataúd y que su cuerpo lo habían envuelto en 1941 en una bandera española sobre la que habían colocado una estola.
Al retirar la bandera, se descubrió que en lugar de un conjunto de huesos sueltos, como hubiera sido lo lógico despues de estar enterrado setenta años, había un cuerpo incorrupto, al que los forenses denominan saponificado, porque al perder toda el agua la piel queda con un parecido a la piel de sapo. Pero es un cuerpo incorrupto porque todos los órganos vitales quedaron a la vista, desde la lengua hasta los órganos interiores.
Por su parte, la cabeza no presenta ningún agujero de bala, como prueba de que no recibió el tiro de gracia, según se dijo durante los años anteriores a su exhumación. Y como prueba de la crueldad con la que fue tratado antes de morir, el rostro es toda una expresión de dolor por los golpes recibidos, momentos antes de morir y entregar su alma a Dios, que esa a los mártires no se la pueden arrebatar sus perseguidores.
En el mismo ataúd y con las vestiduras sacerdotales, su cuerpo fue trasladado a la catedral toledana. Tras su beatificación en 2007, el Cabildo catedralicio renombró la capilla del Sagrado Corazón, como Capilla de los Mártires. Allí se puede venerar el cuerpo incorrupto del beato José Polo Benito.»
Desarrolló una intensa actividad intelectual y periodística, y fue condecorado con la Cruz de Oro del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Fue beatificado junto con otros 497 mártires por el papa Benedicto XVI el 28 de octubre de 2007 en Roma. En su honor existe en Salamanca la .
Su cuerpo incorrupto actualmente está en la capilla del Sagrado Corazón de Jesús en la Catedral de Toledo