La conferencia sobre la historia de la fábrica textil de Gosálvez, impartida por Juan Antonio Frías Corsino, llenó ayer los salones del CEIP Primero de Mayo. Con este actividad el CEB pretendía llevar sus actos culturales a otros puntos de Béjar, en este caso al barrio de Los Praos, con cuya asociación vecinal colaboramos para difundir la historia de este tinte enclavado a la vera del río Cuerpo de Hombre, entre el Puente Viejo y el Puente Nuevo. Aunque la charla ya había sido impartida dentro del ciclo textil del mes de julio, las peticiones populares nos impulsaron a repetirla.
Las palabras de Cruz Sánchez, presidenta de la asociación, dio la bienvenida a los presentes, dando las gracias al Centro por realizar la charla en los salones y anunciando futuras actividades entre ambas.
Después, Juan Antonio Frías Corsino narró a partir de espectaculares e inéditas fotografías (pertenecientes a la familia) la historia textil de la instalación fabril a lo largo de más de trescientos años, pues comenzó con un batán, el de Juan del Carpio, documentado por el cuadro que Ventura Lirios pintó para el duque de Béjar a principios del siglo XVIII. A mediados del siglo XIX el predio fue adquirido por un técnico tintorero que vino a trabajar a Béjar para el tinte de Faure, Antonio Gosálvez Cortés, empezando la vinculación a este apellido de esta propiedad junto al río que se dedicaba, no solo al tintado de los paños, sino también al lavado de la lana.
A través de imágenes, el conferenciante explicó la evolución en los edificios maquinarios, la inclusión del proceso de hilatura y las ramas familiares que abanderaron la empresa desde mediados del siglo XIX hasta los años 90 cuando se cerró la actividad en la fábrica, se vendió una parte de los edificios, las máquinas se achatarraron y las construcciones fueron utilizadas para otros fines. Al final Juan Antonio Frías Corsino defendió la importancia de la conservación de la documentación para poder estudiar éstas y otras empresas bejaranas tanto ahora como en el futuro.
Texto: Carmen Cascón Matas
Fotos: Enrique García Periáñez