La fotografía de hoy es de Rosa Sánchez. Imagen desde la calle Tentenecio con la mirada puesta en la Catedral de Salamanca.

Como nos recuerda la propia autora de la fotografía, Salamanca guarda un gran número de leyendas que, con el paso del tiempo continúan presentes en el día a día de los salmantinos y de los turistas.

La que hoy nos ocupa nos lleva a una empinada calle que une la antigua puerta del rio de la Cerca Vieja con la puerta de carros de la catedral, la Calle Tentenecio. Lo que no saben muchos visitantes es la curiosa historia que guarda

Esta historia nos lleva al siglo XVII y cuenta que un toro bravo que se escapó del mercado de ganados que estaba teniendo lugar en Salamanca. El animal sembró el pánico por las calles de la ciudad llegando a la entonces llamada Calle de Santa Catalina. En ese instante, el animal estaba a punto de embestir a una madre con su hijo. Según cuenta la leyenda, en ese momento interviene San Juan de Sahagún, actual patrón de Salamanca, que se enfrenta al toro poniéndole la mano en la cabeza, mientras le dice: “Tente necio” y el animal milagrosamente para de inmediato, palabras que desde entonces dan nombre a la calle.