Tras la última conferencia del ciclo “Aproximación a la Historia Textil y el Patrimonio Industrial de Béjar. Una historia por descubrir” que tuvo lugar el día de ayer, concluye esta serie de conferencias organizadas por el Centro de Estudios Bejaranos este verano de 2023. Todas ellas han tenido lugar en la Sede de Cruz Roja de Béjar con gran éxito de público y un interés general que no ha descendido a pesar del paso de las jornadas, lo cual nos induce a pensar que las actividades de verano tienen seguimiento, que el tema del patrimonio industrial va adquiriendo una curiosidad que puede ir en aumento y que el lugar donde se han emplazado ha sido correcto y céntrico.
El ciclo comenzó con la ponencia de Urbano Domínguez Garrido el 14 de julio con “El Paisaje Industrial de Béjar I. Formación y características”, una primera parte que tendrá una continuación el año que viene. El conferenciante hizo hincapié en que Béjar destaca por su paisaje industrial, un todo con su entorno que es imposible de separar de la ciudad en sí misma por su gran trayectoria industrial a través de los siglos.
Javier R. Sánchez Martín continuó el 20 de julio hablando sobre “La reutilización de los edificios industriales. El caso de Béjar”. En este sentido, comparó nuestra ciudad con otras en cuanto a uso de los edificios industriales, destacando el caso de Cataluña o Alcoy. Hizo un repaso de las antiguas fábricas bejaranas y los distintos usos que se han ido dando a cada edificio (fábricas de otras materias, pequeñas empresas, superficies comerciales, viviendas, espacios museísticos etc.). También recordó que el patrimonio industrial no solo está conformado por edificios, sino también por pesqueras, chimeneas, puentes, canales, compuertas y otros.
Al día siguiente, Juan Félix Sánchez Sancho, tomando como base el cuadro del pintor ducal Ventura Lirios Vista de Béjar, nos introdujo en el patrimonio pre-industrial en “El Patrimonio Preindustrial de Béjar en la obra de Ventura Lirios (1711-1732)”. Demostró que los grandes centros fabriles bejaranos de los siglos XIX y XX proceden de molinos y batanes que ya estaban funcionando en el siglo XVIII, e incluso en fechas más lejanas, a la vera del río “Cuerpo de Hombre” e hizo un repaso de las pesqueras y otros elementos industriales de la Edad Moderna que aún se conservan.
El 27 de julio fue el turno de Ramón Sánchez Gómez. De su mano conocimos la historia de dos negocios fabriles que nada tienen que ver con el textil: “Surgimiento de la industria del cuero en Puerto de Béjar y su impacto social”. En el siglo XIX dos fabricantes pusieron en marcha sus negocios de curtiduría aprovechando la calidad de las aguas de Puerto de Béjar: Harguindey y Gregorio, dos familias que acabaron enlazando por medio del matrimonio entre ellas y también con burguesía bejarana. De ellas aún quedan los edificios fabriles en el pueblo, un patrimonio industrial que explica el gran potencial en curtidos en la Salamanca del momento a nivel nacional.
“La evolución de un conjunto industrial ancestral. La familia Gosálvez” fue el tema tratado por Juan Antonio Frías Corsino. Mediante magníficas imágenes (planos, alzados, fotografías, documentación), inéditas en su mayor parte, supimos de la trayectoria de un predio industrial en el que existían edificios pre-industriales y que se dedicaron al tintado durante los siglos XIX y XX hasta su cierre en la década de los años 90 y todos ello dentro de la misma familia de fabricantes.
El broche final lo puso el profesor José María Hernández Díaz tratando su tema principal de estudio: la educación. Y lo hizo recordando la vida de un ciudadano ejemplar que supo, desde su pequeño “cantón suizo” proyectar su relevancia filosófica de primer orden a nivel nacional e incluso internacional en la sociedad local en la que vivía, consiguiendo la creación de la Escuela Industrial, fundando el Casino Obrero, abriendo la primera escuela para niñas en Béjar o apoyando el establecimiento de la Casa de Caridad. Se trata de Nicomedes Martín Mateos.
Gracias a la Sede de Cruz Roja por dejarnos emplazar esta serie de actividades en sus locales y a todos aquellos que nos habéis acompañado. Y por supuesto a los ponentes que han compartido su saber de manera altruista y desinteresada.
Textos: Carmen Cascón Matas
Fotografías: Enrique García Periáñez