Con papel y lápiz en mano, José Antonio Rodríguez anota en un folio los datos que va encontrando sobre el árbol genealógico de su mujer. Lo hace el primer día de apertura del Archivo diocesano, tras tres años cerrado por las obras de remodelación del Palacio Episcopal. La sala de investigadores llena sus plazas el primer día, y así durante las próximas semanas. Como apunta la técnico del archivo, Vanesa Vaquero, siempre reservan plazas para personas que realizan tesis, “y necesitan venir con cierta urgencia”.
José Antonio comenzó primero a buscar su árbol genealógico en 2016, y desde entonces, no ha dejado de viajar al pasado a través de los libros y documentos que se custodian en la segunda planta del Palacio Episcopal. “Es muy bonito, vas descubriendo cosas interesantes”, reconoce. Su investigación comenzó en 1570, y tras completar la investigación sobre sus antepasados, ha iniciado el estudio de los de su mujer.
Los árboles genealógicos
Junto a este investigador veterano también se encuentra Mercedes González, que desde niña ha tenido inquietud por la genealogía. “Ahora busco datos de mi zona, La Lagunilla, pero hay libros perdidos, de 200 años, de matrimonio y bautizos, y nos corta mucho”, confirma. Ella está sacando información de toda esa zona, “y el árbol genealógico lo hago para mí y para varios amigos”.
Entre las curiosidades que va descubriendo en sus investigaciones, como ella misma relata, “he visto cómo termina un apellido y cómo nace otro”. A ella le gustaría que los libros más deteriorados estuviesen digitalizados, “porque a veces no se pueden consultar”.
Vanesa Vaquero detalla las características de este archivo, donde se conserva documentación muy variada, “la más importante que tenemos son los libros parroquiales de toda la Diócesis de Salamanca, menos de tres, que ellos mismos custodian: Florida de Liébana, Pino de Tormes y Yecla de Yeltes”. Como apunta esta técnico del archivo, “no es obligatorio que los sacerdotes envíen toda la documentación que tienen, pero sí es una recomendación que surgió en los años 80 por el obispo Mons. Mauro Rubio”.
400 parroquias en la diócesis
El objetivo era conservar la documentación, “y se trasladasen todos los libros parroquiales”. En la actualidad, la Diócesis de Salamanca cuenta con 400 parroquias, “y en muchos casos tenemos los libros parroquiales hasta fechas muy actuales”, y como esta especialista aclara, “por eso este archivo además de ser histórico, también es administrativo”. Entre los documentos que se solicitan están las partidas sacramentales para contraer matrimonio, o para pedir la nacionalidad española.
Otra documentación destacada del archivo es la del provisorato del Obispado de Salamanca, de la Secretaría de Cámara, y también cuentan con otras series menos voluminosas, “pero no menos importantes”, aclara Vanesa Vaquero, como las cofradías, las estadísticas, la Delegación del Clero y otros archivos incorporados que ciertas instituciones han decidido traerlos en depósito a este Archivo diocesano.
En cuanto a los documentos más antiguos, se trata de pergaminos desde el siglo XII: “Son sobre la concesión de los territorios por los reyes al Obispado de Salamanca, que en esos momentos pasaron a formar parte de nuestro territorio”, detalla esta técnico. Otros de los pergaminos son bulas papales, “la mayoría están escritos en latín”. Entre los “tesoros” de este archivo diocesano, Vaquero también señala el libro de los estatutos de la Real Clerecía de San Marcos, de 1529 y hecho en pergamino.
Los libros parroquiales están catalogados en su totalidad, y del resto de la documentación de la Diócesis, provisional o metropolitano, o de la secretaría de cámara, entre otras series similares, “tenemos catalogado sobre un 40%”.
Nuevas normas
Respecto al volumen de investigadores que acudían a diario al Archivo diocesano, como apunta la técnico, han llegado a tener hasta 30 en una jornada. Y para poder dar mejor atención y dedicar tiempo a la catalogación, desde su reapertura, el pasado 12 de abril, se ha limitado el aforo de la sala a 12 personas, y con cita previa para acudir a la misma al correo: archivocita@diocesisdesalamanca.com. Siempre reservan unas plazas para los investigadores que vienen de fuera y necesitan realizar alguna consulta con más urgencia.
Asimismo, cada investigador puede acudir al archivo cuatro días al mes, y a la sala pueden acceder con un lapicero y papel, o un ordenador para tomar nota, con la intención de preservar al máximo todos los libros y documentos que se manejan. El horario de atención al público es de lunes a jueves, de 10:00 a 13:30 horas.
Las normas de utilización y acceso se pueden descargar en este enlace. El archivo dispone de otro correo electrónico para otro tipo de consultas: archivo@diocesisdesalamanca.com. Cabe recordar que el acceso a los fondos documentales es libre y gratuito.