La sala de exposiciones de la Torre de los Anaya acoge una muestra de dibujos del pintor salmantino Zacarías González, organizada por el Ayuntamiento de Salamanca y la Diputación Provincial, en colaboración con la Fundación Caja Duero.
Esta exposición forma parte de los actos organizados con motivo del centenario de su nacimiento y está compuesta por 74 dibujos y 6 reproducciones. Son dibujos que recorren toda la vida artística de Zacarías González, desde sus primeros periodos de formación a finales de los años cuarenta, hasta alguna de sus últimas creaciones.
Las técnicas empleadas para el desarrollo de las obras expuestas son muy variadas: lápiz, tinta, gouache, acuarela, cretas, frottage, carboncillo….
La faceta de dibujante de Zacarías es tan excepcional como poco conocida. Los dibujos representan, quizás, su parte más íntima y se descubren públicamente por primera vez, ya que nunca han sido expuestos.
Estos dibujos son un ejemplo de técnicas, procesos y lenguajes artísticos diversos, así como de la labor creativa e investigadora que desarrolla el artista a lo largo de toda su vida. Muestran, asimismo, la evolución del arte de la segunda mitad del pasado siglo XX y las influencias que fue recibiendo a lo largo de ese periodo.
A través de sus dibujos se recorren las diferentes etapas creativas de Zacarías, sus dos etapas figurativas y la de abstracción o informalismo con toda su experimentación técnica, creativa y plástica.
Zacarías le daba una importancia trascendental al dibujo, llegando a expresar ideas como que un buen cuadro es aquel que está bien dibujado, o que una pintura no es más que colorear un buen dibujo.
Zacarías fue profesor de dibujo tanto de la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy como de la Escuela de Magisterio de la Universidad de Salamanca.
Zacarías González
Zacarías González Domínguez nació en Salamanca el 11 de febrero de 1923. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en la de Santa Isabel de Hungría de Sevilla y fue profesor de la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy y de la Escuela Normal de Magisterio de Salamanca.
Realizó multitud de exposiciones a lo largo y ancho de la geografía nacional (Madrid, Valladolid, Santander, Valencia, Alicante, Murcia…) e internacional (París, La Habana y diferentes ciudades de Alemania, Italia, Suiza, Japón…) y ganó la primera convocatoria del premio Biosca, el más importante de la época en nuestro país.
En 1986 se le concedió la Medalla de Oro de Salamanca.