El MHAS acerca como pieza del mes un Plymouth P18 del año 1949, último vehículo rescatado por la DGT para mostrar al público

El Museo de Historia de la Automoción de Salamanca (MHAS) acerca como pieza de este mes de marzo uno de los últimos vehículos rescatados por la Dirección General de Tráfico, una muestra del compromiso con la ciudad de Salamanca de esta institución, cuya principal misión es velar en el desarrollo de acciones tendentes a la mejora del comportamiento y formación de los usuarios de las vías, y de la seguridad y fluidez de la circulación de vehículos y la prestación al ciudadano de todos los servicios administrativos relacionados con las mismas; y desde hace 20 años, también, con la preservación del patrimonio automovilístico nacional a través de un espacio cultural indispensable para la región de Castilla y León y nuestro país como es el MHAS.

Un verdadero motor cultural para la ciudad de Salamanca que ha logrado convertirse en un centro singular y modelo para las instituciones encargadas de custodiar la historia documental, que continúa trabajando, día a día, para evitar la destrucción de la memoria del principal invento y medio de transporte del siglo XX. Una institución referente en el ámbito de la cultura y la automoción que, actualmente, exhibe y reúne uno de los mejores acervos de automóviles de Europa, confeccionados y diseñados en el siglo XX y XXI, procedentes de importantes colecciones existentes en España, entre las que destacan la inicial, de la Familia Gómez Planche, la colección nacional de la Dirección General de Tráfico y el Ayuntamiento de Salamanca, así como las de distintos particulares, instituciones y mecenas de ámbito nacional e internacional.

Entre estos vehículos que conserva y exhibe este mes destaca su última incorporación: un Plymouth P18 del año 1949, que, actualmente, se encuentra en restauración.

El automóvil expuesto es un Plymouth conocido popularmente como modelo ‘Tres Carabelas’. Rescatado a través de la Jefatura Provincial de Tráfico de Teruel es un claro ejemplo de los ‘Haiga’, forma popular de denominar a los automóviles muy grandes y ostentosos, normalmente de origen norteamericano, que rodaban por las carreteras españolas durante los años posteriores a la Guerra Civil.

En los años 20 y 30 del pasado siglo, los vehículos americanos eran poderosos, y tres grandes grupos dominaban el mercado mundial: Chrysler, General Motor y Ford. Los tres copaban distintos segmentos de mercado de baja, media y alta gama. Chrysler, con su marca más económica: Plymouth, los De Soto en la gama media; reservando su nombre para la alta gama: Chrysler. Por su parte, el grupo General Motor contaba con sus Cadillac de lujo, los Buick y Oldsmobile ‘más asequibles’ y sus Chevrolet, en el último eslabón. Y por último, el grupo Ford, con sus Lincoln en la cima, los Mercury en la gama media y los Ford en la base de su gama.

Plymouth se estableció rápidamente como el tercer fabricante de EEUU en 1932, que era como decir el tercero del mundo, pero Buick le rebasó en 1955, debiendo conformarse a partir de esa fecha, con ser uno de los diez primeros fabricantes estadounidenses.

Los Plymouth fueron abandonados por el grupo Chrysler en junio de 2001, cuando la marca sólo ofrecía su versión del Neon y el Prowler, su última creación, presentada en enero de 1996, que no era más que un ‘hot rod’ recreado al estilo actual.

En el recuerdo quedaron sus modelos de 6 cilindros, desde 1933, los V8 a partir de 1955, los compactos Valiant a la venta desde 1960 (uno de ellos, de 1971, es el que lucha contra el amenazante camión de la película El diablo sobre ruedas) y los Barracuda, presentados días antes del Mustang –en abril de 1964– como la versión deportiva de un compacto, al igual que sus modelos para Europa con motor diésel Perkins de 1956 o sus experiencias con la turbina de gas bajo sus capós.