La Iglesia de Salamanca despedía este miércoles, 4 de enero, al papa emérito Benedicto XVI con una eucaristía exequial en la Catedral Nueva, “para agradecer al Señor la vida y la persona de Joseph Ratzinger, que partió a la Casa del Padre el día 31 de diciembre”, como recordó el obispo de Salamanca, José Luis Retana. La celebración fue concelebrada por los obispos eméritos de Sigüenza-Guadalajara y Riobamba (Ecuador), José Sánchez y Julio Parrilla, respectivamente, y más de medio centenar de sacerdotes.
Retana comenzó su homilía con unas palabras de Benedicto XVI: “No me preparo para un final, sino para un encuentro”, y recordó su semblanza tras su fallecimiento el pasado 31 de diciembre. “Un hombre que ha vivido por y para la Iglesia, sosteniéndola en los últimos años de su vida, también con la oración y el silencio”, subrayó.
Y apuntó que cuando Benedicto XVI ha cruzado el umbral de la eternidad y se ha cerrado el libro de su vida, “damos gracias a Dios por haber suscitado en medio de su pueblo a un humilde pastor y servidor, gran maestro y testigo fiel de la santidad de Dios”.
También se celebró una Eucaristía en la Catedral de Ciudad Rodrigo el día anterior.