La fotografía de hoy es de Rosa Sánchez. Imagen de la cúpula de la Catedral Vieja románica de Salamanca.
Pertenece a los llamados cimborrios del Duero, también denominados cimborrios leoneses o incluso cimborrios bizantino-leoneses, es un conjunto de torres de crucero situadas en la Catedral de Zamora, la Catedral Vieja de Salamanca y la Colegiata de Toro, a la que se unió de forma tardía la cubierta de la sala capitular de la Catedral Vieja de Plasencia.
Se caracterizan por poseer cimborrios de influencia francesa y lombarda, adornados con decoración de escamas y de bolas por haberse construido durante el periodo de transición del Románico al Gótico en los límites geográficos del Reino de León.
Construida a lo largo de los siglos XII y XIII con el nombre de Santa María de la Sede; por su solidez tiene aspecto de fortaleza más que de templo, y por esa semejanza se la llamó Fortis Salmantina. La construcción original poseía dos torres, la Torre de las campanas y la Torre Mocha. En ella había aposentos que en ocasiones sirvieron de asilo a rebeldes y desleales al rey.
Tiene una planta de tres naves con cinco tramos, crucero y triple cabecera absidada. Uno de las ábsides fue destruido parcialmente cuando se construyó la Catedral Nueva que se hizo al lado de la Vieja.
Destaca la cúpula bizantina escamada con planta circular y dos cuerpos de ventanas a la que se conoce como la Torre del Gallo por la veleta de hierro que la corona. Dispuesta sobre las pechinas del tramo central del crucero, dicha torre alza su tambor perforado mediante doble orden de vanos rasgados pometeados y se cubre con casquete nervado y gallonado.
Posiblemente son así por influencia del obispo Jerónimo de Perigueux, que reestablece la diócesis de Salamanca después de la Reconquista, y cuya catedral de origen en Francia tiene elementos muy parecidos a este conjunto de cimborrios.