Más de 10.000 personas han visitado ya la exposición ‘The Mystery Man’ en la Catedral de Salamanca

Una experiencia única en el mundo que te acercará a uno de los grandes enigmas de la Historia: ¿Quién era el hombre de la Sábana Santa? 15 años de estudios científicos y técnicas innovadoras arrojan luz en esta exposición.

La Sábana Santa de Turín es también conocida como Síndone. Se trata de una sarga de lino muy cara, tejida en espiga, de 430 x 110 cm.

Es una reliquia de la fe cristiana a la que se le atribuye el haber envuelto el cuerpo de Jesús de Nazaret tras su muerte. En ella aparece, aunque algo borrosa, la impronta de un hombre con signos de tormentos. A la izquierda muestra la vista frontal, y a la derecha la parte dorsal.

El tiempo también dejó su huella en las quemaduras sufridas en un grave incendio que casi destruye la tela, pero aún permite ver la imagen del cuerpo y el rostro que la iconografía ha identificado a lo largo de la historia como el de Jesús de Nazaret.

La Sábana Santa conservada en Turín sigue siendo una “provocación a la inteligencia”, como dijo San Juan Pablo II en 1998. Interroga a científicos de todo el mundo, en todos los campos.

La llamada “imagen del cuerpo” (en la región definida por las espigas del tejido, de color más oscuro) no atraviesa el tejido y solo está presente en unas decenas de micras; no tiene contorno, ni marcas de pincel ni rastros de pigmentos; no es una pintura, sino el resultado de una oxidación ácida deshidratante de las fibras de lino (cf. STURP en 1978).

En 1976, la NASA confirmó, para todo el cuerpo, esta propiedad tridimensional que no posee ninguna otra imagen en el mundo.

La ciencia forense ha demostrado que la tela, en algún momento de su historia, cubrió a un hombre que sufrió torturas, lo que coincide con los datos que transmiten los relatos evangélicos: la coronación de espinas, flagelación, crucifixión y lanzada en el costado.

Los diversos estudios realizados siguen sin poder establecer cómo pudo formarse la extraña imagen. Aún no se han explicado su carácter de negativo, las tres dimensiones y la ausencia de pigmentos.

La Síndone es incompatible con alguna técnica pictórica, artística o científica. La sangre, sin embargo, sí es compatible con un cadáver humano.