[Recuerdos U.D.S. en blanco y negro] El primer recuerdo

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A veces cuesta imaginar que hubo un antes, que la hoja estuvo en blanco una vez esperando a ser rellenada. A medida que pasa el tiempo, los recuerdos, las palabras que dan forma a las páginas de la historia, van quedando atrás, pero no por ello han de dejar de tener importancia. Todas y cada una de ellas son las que hacen que el mundo sea así tal y como lo conocemos. Sepamos o no de su existencia, ellas están ahí, dándole el sentido a todo. A veces cuesta imaginar que hubo una época en la que podíamos vivir sin fútbol, y otras cuesta imaginar que ya se han cumplido 9 años desde la desaparición de la Unión Deportiva Salamanca. Sin embargo, entre el momento en el que aparece una pasión esférica con acento inglés en la ciudad salmantina hasta aquel fatídico 18 de junio de 2013, existe toda una unión – nunca mejor dicho – de recuerdos que merecen prevalecer en el tiempo, una unión que no sería posible sin el primero de ellos.

A principios del Siglo XX, Salamanca era una ciudad que apenas contaba con 50.000 habitantes y su economía estaba basada, sobre todo, en la agricultura y en la ganadería. Del mismo modo, España se encontraba en una profunda crisis socioeconómica, lo cual agravaba el atraso social y la pobreza en tierras charras. En este contexto, la Universidad sirvió como puente con otras culturas del resto de Europa, las cuales ayudaron al desarrollo cultural y a la modernización de Salamanca a lo largo de los años.

Fue a través de la propia Universidad como, con los estudiantes irlandeses como canal, llegó un deporte llamado «foot-ball» a la ciudad. La situación con la que se encontraron los estudiantes extranjeros en cuanto al ámbito deportivo y social fomentó que este nuevo pasatiempo arraigara con facilidad entre los salmantinos, ya que existían sociedades deportivas de deportes como, entre otros, el tiro, la hípica, el ciclismo o el atletismo. Así, se gestó rápidamente un fervor generalizado por darle unas patadas a un balón. 

En 1907 salió de la ciudad el primer equipo de fútbol que participó en un campeonato nacional, la sexta edición del campeonato de España – conocido como Copa del Rey –, que se llevó a cabo en Madrid y era el único torneo oficial a nivel estatal de la época. Este conjunto se hacía llamar Hamilton FC o Salamanca TFB, la base del equipo estaba formada por estudiantes irlandeses, pero también formaron parte de él tres salmantinos: Patricio, Roberto y Osante. El resto de la plantilla plantilla la conformaban: Wallsh, Pollen, Canagher, O’ Sullivan, Pahy, Donay, Reigg, Hugh, Killan, Hanrry y Sheridan.

Partieron hacia la capital en vísperas del torneo y viajaron en tren durante toda la noche para disputar cuatro partidos en tan solo cuatro días, los rivales fueron: Huelva, Madrid, Vizcaya y Vigo. El equipo de Madrid fue el único que no alineó extranjeros. En el torneo, el combinado salmantino solo cosechó una victoria, frente al de Huelva. El equipo madrileño empató a puntos con el de Vizcaya y disputaron un partido de desempate que finalizó con victoria de los primeros por 1-0.

El germen del fútbol se instaló en Salamanca y comenzó a expandirse. Se crearon nuevos equipos, como la Helmántica, que disputó el primer partido internacional en la ciudad contra un equipo portugués que parece ser el Boavista. También nacieron otros como el Albuera, los Salesianos de Albisuri, Agustinos de Calatrava, Imperial, la Victoria, Vascos y Español. Gracias a esta prolífica evolución del fútbol en la ciudad se fundó en 1923 el club que finalmente terminaría de asentar este deporte en un nuevo hogar. Su nombre: Unión Deportiva Española.

A finales de enero de 1923 se celebró en el Paraninfo de la Universidad una Asamblea deportiva. El Sr. Saavedra y el Sr. Gutiérrez Corcuera expusieron los motivos de la creación de una sociedad deportiva. «En Salamanca, de igual modo que se cultiva la inteligencia, cultivemos el músculo», predicó el Sr. Gutiérrez Corcuera en su discurso. Fue así como el 9 de febrero se creó de manera definitiva la Unión Deportiva Española – nombre que mantuvo hasta la llegada de la Segunda República –. Asimismo, se constituyó la primera Junta Directiva de la entidad. El primer presidente fue don Federico Anaya Simón, el alcalde de Salamanca por aquel entonces. 

El 23 de febrero, en el café Novelty, se llevó a cabo la compra de unos terrenos denominados «El Calvario» – donde actualmente se encuentra la estación de autobuses – a don Gaspar Alba. Los propios socios colaboraron para allanar y trabajar en esas tierras enfocadas a la agricultura con la intención de convertirlas en un terreno apto para la práctica del fútbol y otros deportes, como patinaje o tiro de pichón. La Unión había nacido.

Así fue cómo la página dejó atrás su vacío. Estos fueron los primeros pasos desembocaron en la creación de un club que embargó a la ciudad de Salamanca con un sentimiento de unión. Un sentimiento que, a pesar del paso del tiempo, hacía que los aficionados siguieran viendo la vida en blanco y negro. Un sentimiento que duró 90 años y murió de forma prematura, pero que aun así dejó recuerdos imborrables en aquellos que formaron parte de esta historia. Una historia que merece que, de vez en cuando, releamos lo que se escribió en ella para recordar la fortuna que tuvimos al poder disfrutarla alguna vez.

Pablo Marcos Baz