500 años de la expedición que dio la primera vuelta al mundo y que iniciaron dos salmantinos

Hoy celebramos los cinco siglos del gran hito español en la navegación. El 6 de septiembre de 1522 llegaban a Sanlúcar de Barrameda 18 de los 247 que se embarcaron a las órdenes de Juan Sebastián Elcano.

La expedición había partido, gracias al patrocinio del rey de España Carlos I, el 10 de agosto de 1519. El objetivo era descubrir un paso hacia las islas de las especias que fuese una ruta diferente a la que hacían los portugueses, y que además pudiese esquivar a los piratas. Lo que no pudo conseguir Cristóbal Colón unos años antes lo volvió a intentar Fernando de Magallanes, después de jurar lealtad al rey castellano.

De entre todos ellos, catorce eran de lo que hoy es Castilla y León. En concreto, 9 de Burgos, 2 de Palencia, 1 de León y 2 de Salamanca. Las profesiones que tuvieron cabida fueron muy variadas: capitanes, grumetes, carpinteros, marineros, lombarderos, armeros, calafates, etc. Los dos salmantinos que embarcaron en la expedición eran criados, así se recoge en la documentación conservada en el Archivo General de Indias y transcrita por Cristóbal Bernal. Eran Roque Pelea y Francisco de Carvajal

Roque era criado del capitán de la nao San Antonio, Juan de Cartagena. Natural de Salamanca, hijo de Roque Pelea y Blanca Hernández, con un sueldo de ochocientos maravedíes al mes. Recibió por sueldo de cuatro meses adelantados, 3.200 maravedíes.

Francisco era el criado del capitán de la nao Victoria, Luis de Mendoza. Natural de Salamanca, hijo de Antón de Carvajal y Antonia Vázquez, obtuvo el mismo sueldo y el mismo adelanto del dinero que su compañero.

Sabemos que de las cinco naves, la nao Victoria fue la única que logró regresar atravesando el océano Atlántico, Pacífico e Índico quedando su gesta para la gloria de la Historia de España.

Los dos salmantinos no aparecen en la lista de fallecidos apuntados a lo largo de la expedición. Tampoco aparecen sus nombres entre los 18 supervivientes. Todo parece indicar que se encontraban embarcados en la nao San Antonio en el momento en que el capitán Gerónimo Guerra y el piloto portugués Esteban Gómez deciden desertar y volver a puerto español. Las disensiones entre Magallanes y los capitanes de las naves comenzaron relativamente pronto y por diversas causas. No se conserva el interrogatorio por el que tuvieron que pasar los 60 tripulantes de la embarcación, ante los oficiales de la Casa de Contratación, después de arribar a Sevilla en mayo de 1521. No sabemos, por tanto, qué declararon Roque y Francisco. Tampoco sabemos qué fue de su vida después del regreso. Sea como fuere en su día se embarcaron, participaron a riesgo de perder la vida y por su profesión poco pudieron decidir sobre lo sucedido en la nao San Antonio.

Ilustración de Manuel Gutiérrez Martín, profesor de dibujo del IES. Venancio Blanco