El papa Francisco crea cardenal a Fernando Vérgez Alzaga
En la tarde del sábado en la basílica de San Pedro el papa Francisco presidió el consistorio público ordinario para la creación de 20 nuevos cardenales. Entre la lista de los nuevos cardenales se encontraba el salmantino Fernando Vérgez Alzaga, el primer legionario de Cristo creado cardenal.
No teníamos un cardenal salmantino desde Enrique Almaraz Santos, que lo fue desde 1911 creado por san Pío X. Nació en La Vellés, estudió en el seminario de Salamanca, donde obtuvo el doctorado en teología y bachiller en cánones, y ejerció como coadjutor en varias parroquias de misma ciudad. El rey Alfonso XII de España le nombró predicador de cámara y catedrático en el seminario de San Dámaso.
El 27 de noviembre de 1911 fue creado cardenal con el título de San Pietro in Montorio, y tres años después participó en el cónclave que eligió pontífice a su amigo Giacomo della Chiesa (Benedicto XV), coincidiendo que ambos murieron el mismo día, mes y año, y casi también a la misma hora, el 22 de enero de 1922 en Madrid. Está enterrado en la catedral de Toledo.
En una publicación reciente de la revista Vida Nueva, el cardenal Fernando Vérgez resaltó que «ser el primer cardenal legionario supone una responsabilidad aún mayor para todos sus miembros». Fernando Vérgez Alzaga realiza su trabajo en la Curia romana, donde es presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano y presidente de la Comisión Pontificia para dicho estado.
Como reflexión personal, el nuevo cardenal destaca que no esperaba el nombramiento: “Lo primero que sentí fue gratitud a Dios y al Papa por la confianza que depositó en mí. Tengo una responsabilidad para dar testimonio de Cristo con mayor entusiasmo”, destacó.
Posteriormente y como ya viene siendo tradición, el papa Francisco junto con los 20 nuevos cardenales realizaron una visita de cortesía al papa emérito Benedicto XVI.
El Santo Padre eligió la imagen del fuego, partiendo del Evangelio de San Lucas (“Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!”), para su reflexión durante el Consistorio Público Ordinario. El Papa invitó a considerar las dos formas que asume este símbolo y, a la luz de ellas, rezar por los cardenales, “de modo particular por ustedes, que precisamente en esta celebración reciben dicha dignidad y responsabilidad”, afirmó.
Con la llama del Espíritu, «el Señor quiere comunicarnos su valentía apostólica, su celo por la salvación de cada ser humano, sin excluir a nadie», dijo el papa Francisco. «En las brasas, este fuego arde, de modo particular, en la oración de adoración, cuando estamos en silencio cerca de la Eucaristía y saboreamos la presencia humilde, discreta, escondida del Señor, como un fuego en ascuas, de manera que esta misma presencia se convierte en alimento para nuestra vida diaria», añadió el Santo Padre.
Después de la homilía, el Papa pronunció la fórmula de creación de los cardenales, quienes le juraron fidelidad, a él y a sus sucesores «hasta el derramamiento de sangre». Uno a uno, se acercaron a la sede para recibir, de rodillas, los símbolos del cardenalato: el solideo rojo, el birrete, el anillo y la bula con la asignación del título o diaconía. Al cardenal Fernando Vérgez, el papa Francisco le confirió el título de arzobispo.