Álvaro Redondo comenzó a pintar con diecisiete años, descubriendo qué era eso a lo que deseaba dedicarse en un futuro, estudiando Bellas Artes en el 2015. “En los últimos tres años no he parado de pintar, sobre todo murales, ya que con ellos puedo conectar de una forma más directa con la sociedad. Están a pie de calle y todos pueden verlos”, contaba para Okey Salamanca.
Tras ganar el IV Certamen de pintura mural, con la obra “No mires la hora”, en el medio rural de la provincia de Salamanca, Rágama. Ha visto así reconocido su esfuerzo, aunque él no se esperaba la victoria, ya había quedado segundo en otros concursos como el del barrio del Oeste, pero nunca antes había llegado a alzarse con el primer puesto.
“Pintar lo es todo para mí, me dedico a ello 100%. Lo que más me gusta es poder transmitir a través de cada obra y acercarme a la gente con ellas, tengo una furgoneta para ir a cualquier sitio en donde me llamen para pintar. Me queda todavía mucho por contar y crear”, afirma el joven, desde Alemania, donde se encuentra actualmente en un nuevo proyecto. Tiene debilidad por los retratos y en especial, en las miradas y en los niños pequeños “una mirada dice grandes cosas y eso es lo que busco”.
Actualmente imparte un curso de arte urbano y mural, que funciona muy bien, ya que dedicarse a este mundo del arte no es sencillo, “es difícil encontrar proyectos, pero tengo muchos sueños aún por cumplir, como pintar en altos edificios”. Sus obras ya han llegado a otras ciudades como Sevilla, pero también ha logrado expandir su arte en otro continente, como América del Sur.
Katius Estella Talon.