En 2021 se llevó a cabo la propuesta de crear un curso de experto en odontología integral, dirigido a dentistas y alumnos de odontología, con una característica que lo diferencia: su doble finalidad. Por un lado, se imparten prácticas clínicas, y por otro, el proyecto posee un carácter social, con un voluntariado internacional.
El curso tiene una duración de un mes, en los que los primeros quince días, se desarrollan en Salamanca, en la clínica odontológica de la universidad, y los otros quince, en Yucatán, México, con la colaboración de la Universidad de Anáhuac. Mezclando así, la parte teórica de clases y seminarios, además de las prácticas sobre pacientes, con la formación de brigadas internacionales. En ellas el grupo de docentes y alumnos, van por los pueblos y comunidades de Yucatán, atendiendo a la gente de forma solidaria, sin obtener ningún beneficio económico, o atendiendo en centros de salud, como es el caso del curso que actualmente se está impartiendo.
“Equipo, profesionalidad y solidaridad”, así define el proyecto Javier Flores Fraile, licenciado y doctor en Cirugía y Odontología cum laude por la Universidad de Salamanca, y Director en la Clínica Odontológica de la Universidad de Salamanca. Él asegura, que aún yendo en calidad de profesional, ha aprendido grandes cosas, que le han hecho crecer como persona. “Somos unos privilegiados, muchas veces nos quejamos de vicio. Cuando los pacientes de México nos cuentan que llevan esperándonos desde las cinco de la mañana, habiendo recorrido setenta kilómetros en camioneta para ser atendidos y vernos, es maravilloso poder ayudarlos”, explica Javier para Okey Salamanca.
La idea surgió en el 2020, como una fórmula para mejorar la habilidad de los alumnos y recién licenciados de odontología, que a causa de la pandemia, vieron disminuidas sus prácticas clínicas sobre pacientes, además por el afán de ayudar a quienes más lo necesitan. “Lo que más nos gusta de nuestro trabajo es el equipo humano que se forma en cada brigada, nos convertimos en hermanos, y la parte social se convierte en algo muy divertido y bonito”, afirma Flores.
Existen grandes diferencias entre las instalaciones, el equipamiento y los materiales en una ciudad como Yucatán con Salamanca, “pero con buena voluntad, entusiasmo y ganas, eso es lo de menos, todo se hace posible”. Esto se puede llevar a cabo gracias al apoyo de la propia Universidad de Salamanca, la Universidad Anáhuac Mayab y a la secretaría de salud de Yucatán.
Anualmente se abren ocho plazas, y cada año van evolucionando el proyecto y mejorando la organización clínica, estableciendo unos protocolos claros de actuación y asistencia. Pero como nos cuenta el propio odontólogo “esto solo es el comienzo. La idea es crear un batallón de OIR (como cariñosamente llamamos al curso), y poder realizar este proyecto todos los años. Además de lanzar otros de una forma más continuada.”
Katius Estella Talon.