El Ayuntamiento concede el título de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Salamanca a Manuel Muiños “por su valentía, humanidad y lealtad”

El Ayuntamiento de Salamanca ha concedido esta mañana el título de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Salamanca al sacerdote Manuel Muiños Amodeo en merecido agradecimiento y reconocimiento a su trayectoria al frente de Proyecto Hombre Salamanca en el que ha “peleado con valentía, humanidad y sacrificio”, en palabras del alcalde, Carlos García Carbayo.

Muiños Amodeo, gallego de nacimiento, llegó a la capital salmantina hace 34 años con “una maleta vacía”, destacó el regidor municipal, pero que ha ido llenando “de ilusión y esperanza, abriendo una puerta a una segunda, tercera e infinitas oportunidades a los que más lo necesitan”.

Durante su intervención, el alcalde se refirió a la “lealtad de Manolo” a una tierra, que, a pesar de las “tentaciones de vuelta”, decidió adoptar como su hogar, batallando contra la marginalidad con “generosidad, solidaridad, esfuerzo, humildad y escucha”.

El éxito de Proyecto Hombre para ayudar a las personas a superar las adiciones y a reinsertarse en la sociedad, resaltó Carbayo, radica en su “tesón y compromiso” con el que lidera a su equipo, guiándose en estos años por el mensaje “No pidas una carga ligera, pide unas espaldas fuertes” que leyó en una estampita en un libro cuando estudiaba en el seminario.

Este charro que pasea su devoción por la Semana Santa baja la capucha del hábito de la Hermandad Franciscana, “se ha sabido ganar el respeto de personas, asociaciones, instituciones y administraciones de la ciudad”, que lo han propuesto como Hijo Adoptivo, prosiguió el alcalde.

Muiños junto a un grupo de personas constituyó en el año 2000 la Fundación Alcándara, sentando las bases para poner en marcha Proyecto Hombre, por el que han pasado cientos de personas que “se han refugiado en su ayuda, en sus proyectos, en busca de esperanza, que han recibido mucha, pero a cambio de tesón y compromiso”, señaló García Carbayo.

En este sentido, quiso recordar la solidaridad del sacerdote con 16 mujeres y niños ucranianos a los que ha tendido una mano en los últimos tiempos, y la ayuda que brinda a los que más lo necesitan ofreciendo trabajo, “de los que nos beneficiamos todos, también este Ayuntamiento” en diversos campos de actividad, como el cuidado de parques y jardines.