La misa solemne de la fiesta del santo y patrono de la diócesis y de la ciudad de Salamanca tuvo lugar a las doce del mediodía, en la Catedral Nueva, donde en una urna del presbiterio se encuentran depositados los restos del santo. La celebración fue presidida por el obispo diocesano, y concelebrada por los párrocos de San Juan de Sahagún, y el clero diocesano.
Juan de Sahagún, el gran devoto de la eucaristía
Juan González Martínez nació el 24 de junio de 1430 en la localidad leonesa de Sahagún, donde se educó con los benedictinos. Su férrea voluntad y personalidad causó admiración al obispo de Burgos, Alonso de Cartagena, que le apadrinó en los primeros estudios teologales. Fue párroco de Santa Águeda, la iglesia más pobre de la ciudad de Burgos. Allí ejerció su ministerio durante unos años, hasta que llegó a Salamanca para estudiar Teología. Se consagró como fraile agustino el 18 de junio de 1463, fecha que adopta el nombre de Fray Juan de Sahagún. De los 23 años que pasó en Salamanca, 16 los vivió como eremita de San Agustín.
Fray Juan fue un hombre carismático que consagró su vida a la eucaristía. Rezaba horas y horas y sus largas homilías, en las que gustaba recrearse pues veía a Dios en sus eucaristías, causaban honda impresión en la feligresía. Visitaba enfermos, unía a familias desarraigadas, asistía a moribundos y ayudaba a los pobres. Además de ser conocido por sus predicaciones, su mayor logro fue conseguir apaciguar la querella que enfrentó durante cuarenta años a dos bandos de familias nobles de la ciudad, con muchas muertes por ambas partes.
Cuentan que hizo más de doscientos milagros en su vida, en la que fue un firme defensor de los derechos de los humildes y trabajadores.
Falleció en Salamanca el 11 de junio de 1479 con fama de santidad. Fue beatificado por el papa Clemente VIII en 1601, y canonizado por Alejandro VIII, en 1691. Desde entonces su festividad se conmemora el 12 de junio.