Se llama José Carlos Teniz, aunque en su deporte es conocido como Josepe. Es de Ponferrada, pero lleva tres años estudiando Biología en la Universidad de Salamanca y actualmente entrena en el Estudio de Entrenamiento Personal que Richard Huerta tiene en la ciudad.
En la entrevista concedida a Okey Salamanca nos cuenta sobre sus inicios: «empecé más que nada por rebote, porque tengo TDH y aunque jugaba al fútbol e iba con mi padre a una casa de campo que tenemos, igualmente no paraba, entonces mi hermana mayor tiene una amiga que es la mujer de mi actual entrenador de Diego. Así un verano me apunté allí con un amigo y me empezó a gustar entrenar todos los días y me enganché. Entonces tenía 11 años y tuve mi primera pelea en un campeonato de España en Pamplona donde conseguí plata. Como anécdota como yo era muy delgado y pequeño no conseguía dar el peso nunca, y entonces yo si no lo daba me descalificaban y no podía pelear. Entonces me pesé con el chándal con llaves con los móviles y así puede pelear. La segunda pelea fue un año después en otro campeonato de España en Oviedo allí así que en la modalidad de Kick light, y allí ya gané el campeonato. A partir de ahí fui teniendo más peleas, entrenaba más a menudo siempre combinando con el fútbol y las clases. Y ya en 2016 mi entrenador me dio la oportunidad de luchar por un título nacional de España amateur, ya como mi primera pelea en Muay Thai. Así que dije que sí y lo gané. Al año siguiente fui a Tailandia con la selección española de Muay Thai y conseguí el oro mundial en categoría infantil amateur ganando la final a Uzbekistán. Volví a ganar otro campeonato de España y poco a poco iba subiendo de peso y de edad. Se me daban muy bien las peleas, ya que me considero inteligente, y fui enlazando victorias. Me he puesto ya con 27 peleas de las que tengo 23 ganadas y 4 perdidas eso cuando. Después tuve un parón en 2ª de Bachillerato y el fútbol en Ponferrada y no me daba para más entonces. Lo dejé una temporada, y al aprobar la Selectividad tenía que tomar la decisión entre tirar por los deportes de contacto, que se me daban bien pero por desgracia en España no se puede vivir de esto, o seguir estudiando. Obviamente no sé cuánto puede durar esto, ya que una lesión me puede dejar fuera. Entonces decidí seguir estudiando, me vine aquí a Salamanca y fue cuando conocí a Richard Huerta con quien volví a retomar esa rutina de entrenar y poder seguir peleando. Y comencé con él desde primero de carrera, hasta ahora que estoy acabando tercero y todo muy bien la verdad, con buenos resultados.»
Y prosigue comentando que «justamente el año pasado pude debutar como profesional en Ponferrada, que es como lo que todo el mundo quiere cuando empieza, ser profesional. Comencé en la modalidad de K1 llevo dos peleas ganadas y ahora estoy centrado en los estudios. Y ya de cara al verano espero compaginar prácticas de empresa, que ya tengo allí, con los entrenamientos. Aunque puede existir la oportunidad de pelear en julio o agosto.»
La preparación de este deporte es muy dura. Nos cuenta que «cuando tengo una pelea intento como mínimo prepararme con un mes de antelación. Y el entrenamiento lo divido una parte en fuerza explosiva, centrada en mi modalidad, y otra parte más técnica de cardio, con toda la clase de protecciones, espinilleras, golpear un saco, con los compañeros… Así vas compaginando eso todos los días con tu vida diaria, y con el mal humor de la dieta. Pero con las ganas de que pase todo eso y subirte al ring.
Este deporte individual y de contacto tiene sus características concretas. Le preguntamos qué le aporta en concreto a él y nos contaba «que primero me ha ayudado a controlar mis impulsos, mi espontaneidad y a apaciguar ese niño que no paraba en casa, para así llegar, tomar la cena y ponerme a dormir, y no estar ahí dando vueltas. También valores que no tiene otros deportes como el respeto, ya que me subo a pegarme con otro, a partirme la cara, pero acaba el combate y nos damos un abrazo, y hablo con ellos, nos felicitamos… a diferencia de otros deportes colectivos es muy raro que acabes mal con un compañero.»
Pero Josepe no se queda en las competiciones que ya ha ganado. Piensa en el futuro con unos objetivos claros. Nos cuenta que lo que quiere es «disfrutar por un lado, que siga creciendo este deporte a nivel profesional con todos los del gremio. Poco a poco lo vamos consiguiendo la verdad, y seguir haciendo peleas, seguir ganando y mejorando. Al acabar la carrera espero retomar con más afluencia los entrenamientos, e intentar apuntar más arriba, a otras ligas, a alguna promotora que me pague mejor porque está muy mal pagado. Y más que nada eso, apoyar ya no solo a mí mismo sino el resto de peleadores porque este mundo es como una familia sinceramente, esto el deporte.»
Fotografías Manuel Marcos.