El Papa declara venerable a la bejarana Aurora Calvo Hernández-Agero
El papa Francisco ha reconocido las virtudes heroicas de la sierva de Dios Aurora Calvo Hernández-Agero. Fiel laica que nació en 1901 en Béjar y murió allí en 1933.
Escribe José Antonio Benito que fue devota desde niña, en su Primera Comunión prometió a Jesús ser para siempre solo suya. Practicó con sencillez la humildad, pureza, paciencia, amor a los pobres y aceptar en todo la voluntad de Dios. Quería entrar en clausura con las Madres Carmelitas Descalzas, pero renunció para que pudieran hacerlo sus hermanos, y ella quedó cuidando a su madre.
Era fervorosa en el apostolado eucarístico, como María de los Sagrarios. Cuidaba e impulsaba la catequesis en su parroquia. Escribía cartas espirituales a personas muy distintas, con prudencia y celo. Tenía pasión también por las misiones. Sus últimos 8 años estuvieron marcados por sufrimientos físicos y morales, que ella ofrecía a Dios. Se ofreció al Señor por la santidad sacerdotal. Murió a los 32 años.