[Pergeñado desde Tejares] Sumido en ti

Sumido en ti

Tus paredes bañadas en oro
que trascienden lo material, paredes
que cargan el porvenir
de quienes habitan en ellas.
Con agrado recuerdo cada momento brindado
como núcleo de mi juventud.
Supones la gran pauta que marca mis pasos,
buscándote para nutrirme del alimento
que me ofreces, desdeñándote
en momentos y anhelándote en otros.
No todo para mí fue culto a tu conocimiento,
pues también abracé los placeres
que tan inexorablemente plasmé
como adjetivos tuyos.
Aún hoy me hallo sumido en ti, pese
al abandono como compañero del tiempo,
con una renacida esperanza.

José Alfredo Pérez Alencar