El artista, Víctor Sánchez, expresa su propio proceso de pensamiento, tanto racional como inconsciente, e incluye elementos disruptivos en representaciones cotidianas para captar la atención del espectador.

Así, en sus obras aparecen desde ídolos prehistóricos junto al logo de Apple, hasta símbolos secretos de pensamiento gnósticos, como la rosa, mezclados con logos anarquistas, en escenas cotidianas en la que cualquier persona de a pie puede sentirse identificada. A través de esta mezcla de ideas el autor invita al espectador a reconsiderar el uso de los símbolos que lo rodean: unos creados en nuestro tiempo, otros propios de la generación de nuestros padres y otros que pertenecen a la tierra desde hace miles de años.