Granadilla (Cáceres)

Granadilla (Cáceres)

Este antiguo feudo medieval, considerado hoy uno de los pueblos abandonados más bonitos de España, fue desalojado en la década de los 60 para la construcción del embalse de Gabriel y Galán. Sin embargo, las aguas no llegaron a cubrir el casco urbano. En 1980 fue declarado conjunto histórico-artístico y en 1984, incluido en el Programa Interministerial de Pueblos Abandonados para su revitalización. Tiene horario de visita: de abril a octubre, de 10.00 a 13.30 y de 16.00 a 20.00 horas.

Historia

El sitio fue fundado por los musulmanes en el siglo IX como baluarte estratégico de la zona, ya que se sitúa en una colina de pizarra que domina un extenso terreno y es un paso obligado por la Vía de la Plata. En su parte más vulnerable (el noroeste), los almohades levantaron la alcazaba, que más tarde sería castillo cristiano.

En 1160 el rey Fernando II de León conquistó la aldea, que entonces se llamaba Granada y hasta ese momento había pertenecido a los árabes. La rehízo y repobló dotándola de murallas y le otorgó el título de Villa en 1170. Su intención era que sirviera de muro de contención contra posibles avances de los musulmanes que se asentaban y dominaban toda la parte meridional de las Transierras leonesa y castellana. La villa era una verdadera fortificación situada estratégicamente, al ser paso obligado entre la antigua Vía de la Plata y la comarca de las Hurdes. Estaba rodeada por las vegas del río Alagón. Su nombre original fue Granada aunque, tras la conquista de Granada en 1492 por parte de los Reyes Católicos, pasó a denominarse Granadilla para evitar confusiones, aunque el nombre de Granadilla no fue oficialmente utilizado en los documentos del Concejo hasta el siglo XIX. Y el 31 de agosto de 1191 fue cedida a la Orden de Santiago por el rey Alfonso IX de León.

Monumentos

El elemento más significativo de la fortificación es el castillo, que fue mandado construir por García Álvarez de Toledo y Carrillo de Toledo, duque de Alba, entre 1473 y 1478. Sus artífices fueron Juan Carrera y Tomás Bretón. Consta de un cuerpo prismático central y cuatro cuerpos semicilíndricos que se adosan a cada costado.

En el interior de las murallas, la población se distribuyó de modo radioconcéntrico en torno a la Plaza Mayor, que es el punto más elevado en el que se sitúan las casas ocupadas antiguamente por los miembros del número de la villa, del concejo señorial y de las familias predominantes. Aunque la configuración de muchas casas ha cambiado a causa de la restauración de viviendas que tuvo lugar tras el desalojo, aún quedan casi intactas algunas casas de cierta importancia arquitectónica. Entre las viviendas más destacadas que se conservan sin haber sufrido modificaciones estructurales, están:

Casa de las Conchas.
  • Casa llamada actualmente «de las Conchas» y la casa contigua en su parte trasera, que fue originalmente la vivienda de Fausto Giménez y Velaz de Batuecas; la más grande de toda la villa, de la que solo queda la fachada, por causa de la construcción de la actual cancha de fútbol y de otras instalaciones de nueva planta en su solar y corrales. Ambas casas fueron hasta el desalojo, viviendas de los herederos de Pablo García de la Cruz y de Victoria Giménez de Batuecas, hija de Fausto.
  • Casa llamada hoy «del Ayuntamiento», contigua al Consistorio; también propiedad que fue de Fausto. La heredó en último término y usó como vivienda, su bisnieta Valentina García de la Cruz. Anteriormente al siglo XIX, esta casa fue vivienda en concesión administrativa para uso y disfrute de los diversos alcaldes del concejo.
  • Casa llamada hoy «del Minarete», vivienda que fue en último término de Ramón Giménez y de su esposa Aurelia García de la Cruz.
  • Casa contigua por la derecha a la anterior, propiedad y vivienda de Acacio Zenón Fernández y de Valentina Iglesias de Alcalá, perteneciendo a sus herederos, hasta el desalojo.