[El Ayer de Salamanca] El perfil urbano de Salamanca hacia 1890
Entre el Puente Romano y la fábrica de harinas «El Sur», que para entonces había añadido a la fuerza motriz del agua la más constante de una máquina de vapor con su enorme chimenea, una pléyade de lavanderas realiza su penoso trabajo de bruces sobre el Tormes. Mientras, el ribereño y desaparecido barrio de Santiago exhibe su oficio más común con los cueros colgados que se secan al sol. Este oficio, de curtidores, que fue llevado a su máxima expresión en la fábrica de don Miguel Lis, inmediata al Puente Viejo y río abajo, y cuyo propietario todavía no había construido su casa colgante en la muralla.
El barrio guarda en sus entrañas la iglesia mozárabe de Santiago, separada de la puerta del Río y de su crucero por la carretera de Villacastín a Vigo. La antigua carretera, hoy transformada en avenida del Rector Esperabé, se reconoce sembrada de olmos desnudos que evocan, junto con el nivel de agua del Tormes, el invierno, estación que convierte en más penoso, si cabe, el trabajo de las lavanderas. La Puerta del Río, entonces todavía en pie y abierta, tomada a la derecha nos muestra el edificio del Hospital de San José, que tras distintos avatares hoy ejerce de Archivo General de la Guerra Civil Española, y los poderosos muros de las capillas de Santa Catalina y San Bartolomé y de la sacristía de la Catedral Nueva, además del románico cimborrio de la Catedral Vieja, la torre del Gallo. Y tomada a la izquierda nos sorprende con una inusual vista de la iglesia de San Millán en ese año ya suprimida y sirviendo de capilla a las Siervas de María Ministras de los Enfermos.
En el horizonte se distingue, tras el edificio de la Merced hoy convertido en sede de la sección de matemáticas de la Universidad de Salamanca, el viejo colegio Trilingüe ocupado en aquellos días por el regimiento de caballería de La Albuera tras haber abandonado el convento de los Dominicos. Pero sobre todo la imagen muestra la figura de las soberbias torres de las Catedrales y Clerecía, que acompañadas de la espadaña de la capilla universitaria y el ancho de su viejo edificio, definen el inconfundible perfil de Salamanca.
A pesar de que la fotografía, que conocimos por gentileza de Stefano Porte Quirós, está datada en la Biblioteca Nacional de Francia con la fecha de su donación en 1891, fue tomada con anterioridad ya que la Torre de las Campanas de la Catedral muestra aún el deterioro que fue corregido en la restauración de 1890, llevada a cabo con la dirección del arquitecto Enrique María Repullés.
Salamanca en el Ayer
Alberto Cea cuenta sobre esta fotografía de Salamanca reflejada en el Tormes, que fue realizada por Kurt Hielscher en 1922.
Este fotógrafo alemán se vio atrapado por culpa de la I Guerra Mundial en nuestro país, y decidió recorrer nuestros pueblos con la mentalidad de un romántico.
Salamanca en color