Museo de Pintura Medieval de Santa Clara: ocho siglos de arte al alcance de todos

Los gestores del museo califican de «muy satisfactorio» el primer año de apertura y anuncian que lo dotarán con un ascensor y con un recibidor «más funcional». Los artesonados y las pinturas murales, piezas favoritas de los visitantes.

El antiguo convento de Las Claras cerró sus puertas en noviembre de 2019 por falta de vocaciones, encerrando detrás de sus muros auténticas joyas del arte como retablos, artesonados o pinturas murales. Meses después, en julio de 2020, reabría convertido en el Museo de Pintura Medieval de Santa Clara, gestionado por la Fundación Edades del Hombre gracias a un acuerdo con la orden de las Clarisas. Los tesoros artísticos volvían a estar al alcance de todos, escriben desde Tribuna de Salamanca.

En 2021, el balance del primer año de vida del nuevo museo salmantino es satisfactorio. Desde la Fundación explican que, aunque ha sido un año complejo por culpa de la pandemia, la «aceptación del público ha sido muy buena». Los gestores del Museo no se marcaron alcanzar una cifra concreta de visitantes por las extraordinarias circunstancias que vivimos en 2020. «Era complicado» fijarse una meta «pero en cuento a las visitas, la verdad es que estamos satisfechos, tanto por la calidad como por la cantidad. Hay mucha gente de Salamanca que desconocía el lugar o lo conoció hace mucho tiempo y se lo ha encontrado de forma muy distinta. Para nosotros ha sido muy satisfactorio».

La Fundación no reabrió el convento tal cual, sino que lo musealizó, exponiendo sus creaciones artísticas y proponiendo a los visitantes redescubrir los 800 años de historia del edificio. La propuesta ha gustado. «Hay dos partes muy importantes y son las que destacan todos, porque no se las esperan. Una son las pinturas murales«, que sorprenden por la «superficie» que ocupan y por su «calidad»«Abarcan del siglo XIII al XVIII. Nadie se las espera». La Fundación, además, ha colocado pantallas táctiles junto a los murales para facilitar su comprensión e interpretación. La segunda gran baza del museo «es el artesonado visitable. El antiguo se conservó. Es de madera. En el siglo XVIII se puso un techo sobre éste, pero se puede visitar el espacio entre ambos techos. Las policromías originales, del siglo XIV, quedan a la altura de los ojos. La gente se sorprende. Los de Salamanca porque no lo conocen y los de fuera porque es muy interesante».

Retoques

El Museo de Pintura Medieval afronta algunos ‘retoques’ para hacer más cómoda la visita: la instalación de un ascensor y la puesta a punto de un nuevo recibidor «más cómodo y funcional» que actuará como «centro de interpretación del museo, como un aperitivo de lo que viene. Antes se ocupaban las salas como se podía, ahora el edificio es un espacio dedicado para un museo». En cuanto al ascensor «unirá las plantas del museo. Es complicado, en el sentido de que tiene cotas de altura, desniveles… en la primera remodelación ya se colocaron rampas, se mejoraron las condiciones de seguridad e iluminación… y ahora el ascensor. Lo hacemos más tarde porque estábamos pendientes de licencias de obras municipales y de patrimonio. Es un proyecto complejo». 

Finalmente, la Fundación ha hablado con el Ayuntamiento y la Junta para promocionar el Museo, pero «prudentemente» han ‘congelado’ dicho plan promocional «hasta que tenga un sentido. No vamos a invertir ahora si no va a tener el fin deseado. En cuanto se pueda, relanzaremos publicitariamente el Museo» tanto en Salamanca, donde muchos vecinos no sabrían ubicar el edificio, como en la región. ¿Cuándo sucederá? Cuando el turismo se recupere y cuando vivamos «circunstancias más normales, que no dependamos de aforos o de si una semana se puede viajar o no».