[Cultura con Arte] Castro de las Merchanas. Un viaje en el tiempo y en el espacio

El castro de las Merchanas es uno de los castros más visitados de Salamanca (declarado BIC como zona arqueológica desde 1985). En Culturaconarte te muestro cómo puedes visitarlo y qué puedes encontrar en este castro.

Comienzo a la visita del castro
Comienzo a la visita del castro
¿Dónde se encuentra este castro?

El Castro de las Merchanas se encuentra en la localidad de Lumbrales, a tan solo 1 hora de Salamanca y de Ciudad Rodrigo.

Lo ideal es llegar primero a Lumbrales y visitar el Centro de Interpretación del territorio Vetón .


A la puerta del edificio encontramos un magnífico verraco, “el burro de la barrera”, símbolo del pueblo Vetón que nos sirve de aperitivo para comenzar este viaje.

Al Centro de Interpretación se puede acceder por dos calles diferentes, pero la principal y la que suele estar siempre abierta es a la que se accede llegando a la Plaza Mayor de Lumbrales. Dentro del mismo edificio, además de varias salas expositivas encontramos también la oficina de turismo.

Centro de Interpretación del Territorio Vetón:

El Centro de Interpretación del Territorio Vetón se encuentra en un edificio modernista, de estilo colonial portugués, que fue construido entre 1875 y 1877 para agasajar a la infanta Isabel, hija de Alfonso XIII, cuando se inauguró el ferrocarril del Duero.

A la puerta del edificio encontramos un magnífico verraco, “el burro de la barrera”, aperitivo a la visita al Castro de las Merchanas.

Nos muestra una selección de piezas encontradas en el propio yacimiento tales como estelas funerarias, que, acompañadas de una serie de audiovisuales y vitrinas expositivas nos hacen llevarnos una primera idea de cómo vivían y morían los habitantes de este castro.

La visita nos llevará una media hora, más o menos, y al finalizar, podemos pasear por la localidad, conocer la iglesia, etc.

¿ Cómo llegar al castro?

Para llegar al castro lo mejor es ir en coche hasta el propio aparcamiento que hay al comienzo del recorrido. Caminar desde Lumbrales hasta el castro no merece la pena, ya que todo el camino es por carretera y no se disfruta.

Zona de aparcamiento
Zona de aparcamiento

El aparcamiento del castro tiene sitio suficiente para dejar los coches, e incluso, poder extender una manta en el suelo y comer allí.

Una vez dejamos el coche, comenzamos el camino en el espacio y el tiempo para poder llegar al castro.

El acceso al castro

A diferencia de otros castros, el de las Merchanas se hace esperar. Cuando dejamos el coche, todavía nos queda un agradable paseo hasta poder vislumbrar sus murallas.

Paseo de acceso al castro
Paseo de acceso al castro

 

El paseo se hace muy cómodo

En todo el paseo de acceso al castro encontramos miradores y estaciones interpretativas que nos van descubriendo las claves de este poblado y de la cultura castreña

El Mirador del castro:

Es difícil elegir uno de los lugares más bonitos del castro de las Merchanas pero si tengo que elegir uno, me quedo con las vistas que te ofrece el mirador del castro.

Desde allí podemos ver una panorámica de la construcción del castro, además observar también cómo eligen este lugar totalmente integrado en la naturaleza y el paisaje.

Mirador del castro

Además, el mirador cuenta con algunos prismáticos, juegos con preguntas y respuestas, etc. para poder pasar un rato entretenido si realizas la ruta con niños.

El castro de las Merchanas con niños:

Ya que hablamos de niños, aprovecho para introducir este apartado en el artículo porque creo que es algo a destacar.

El castro es una visita ideal para hacer con amigos, pero también en familia y, sobre todo, con niños.

Recreación del castro de las Merchanas
Recreación del castro de las Merchanas

¿Quieres algunos motivos?

  • Sencillez del paseo
  • Naturaleza
  • Estaciones interpretativas divertidas
  • Conocimiento de nuestras raíces
  • Puentes y caminos para descubrir y vivir una aventura
  • Acceso sencillo a la muralla y ausencia de peligros

El paseo es muy cómodo y tiene la longitud ideal para que no se haga aburrido y pesado para los más pequeños. Además, está completamente integrado en la naturaleza (incluso en el camino hay que ir sorteando árboles) atravesando un puente bajo con agua, visitando un molino restaurado, etc.

Salvo el mirador, por su situación elevada, el resto del paseo no ofrece mayor peligro, y los niños pueden disfrutar solos de las estaciones interpretativas, de poder tocar las murallas e incluso el verraco, y sentir que están viviendo una aventura que les traslada en el espacio y el tiempo.

Zona de molino y puente:
Zona de molino y puente
Zona de molino y puente

En este lugar encontramos la primera barrera natural de defensa del castro. El río.

Antes de cruzar el río podemos ver un molino restaurado y una zona de descanso con mesas y bancos en los que también es atractivo parar y comer allí el bocadillo.

Una vez cruzamos el río, nos adentramos directamente en el mundo vetón

Cruzando el río camino al castro
El castro:

El Castro de Las Merchanas estuvo habitado desde el siglo II AC hasta la segunda mitad del siglo V DC cuando es destruido en el periodo de las invasiones germánicas.

Durante el siglo IV después de Cristo hay asentado en él un destacamento militar que parece que tenía como misión vigilar la explotación de las próximas minas de estaño del Noroeste. Actualmente el castro conserva prácticamente íntegro todo su recinto amurallado.

Muralla del castro

Se accede al recinto por lo que ahora se considera la puerta principal, que es la de oriente, la romana, en la que el acceso se abre con puertas en embudo, un espacio encajonado entre altas paredes curvadas de piedra.

Una vez pasada la puerta romana impresionan las dimensiones del interior del recinto, más de 8 hectáreas que conservan su recinto amurallado con muros de piedra de gran grosor, aunque una gran parte del mismo es inhabitable ya que en el interior hay un teso de rocas abruptas y parte de otro teso mayor, por lo que aproximadamente la mitad del castro se utilizaba para el ganado.

Recreación del castro de las Merchanas
Recreación del castro de las Merchanas

Siguiendo el camino de arena encontramos uno de los elementos más significativos de Las Merchanas, el muro romano, una pared de más de 3 metros de altura, resto de algún edificio público de la época romana en cuyo interior al excavarla se hallaron varios fragmentos de estatuas de mármol, además de otros materiales datados en el Bajo Imperio (siglos III-V).

Datos arqueológicos del castro:

El castro fue excavado por don Juan Maluquer de Motes, que centró su excavación sobre un edificio, del que queda aún una pared exenta, y en la necrópolis bajoimperial.

En la Necrópolis, que se extiende junto a la muralla por la parte Norte, ubicada en el exterior y a la que se accedía por un portillo abierto en la muralla posteriormente a su construcción , se excavaron 36 tumbas de inhumación, destacando una de ellas por encontrarse todo el ajuar de un carpintero.

No se han encontrado las necrópolis de época vetona ni la altoimperial, que debía haber en el castro por su larga existencia.

La muralla y el verraco:
La muralla y la puerta vetona, donde se han descubierto varios grabados esquemáticos, son algunos de los atractivos de este yacimiento.
Muralla y Verraco

Guardando la puerta vetona, se alza la escultura de un verraco, el símbolo de la cultura vetona. Una vez traspasada esa puerta vetona encontramos las piedras hincadas, recordando que los vetones se protegían con miles de piedras dispuestas en vertical a modo de cuchillas, que hacían imposible el avance rápido para el ataque.

Campo de piedras hincadas

En este campo de piedras hincadas apareció una escultura de granito, rota y sin peana, representando un «verraco», que es la que se encuentra  junto a la casa de La Merchana.

¿ Cuál es la mejor época para visitar el castro de las Merchanas?

La zona en la que se asienta el castro es espectacular y merece la pena visitarla siempre, ya que el paisaje es diferente dependiendo la época del año.

Pero está claro que si quieres disfrutar de un día perfecto, la mejor época para visitar el castro es desde marzo hasta junio y, posteriormente pasado el verano, en septiembre y octubre.