Pedro Barahona, acuarelista: “Si quiero pintar una calle me suelen interesar más la luz y el color que los objetos”

Pedro Barahona (Madrid, 1952) lleva toda una vida pintando y dibujando. Durante su larga carrera, ha tratado con el uso del Gouache, el óleo o los acrílicos. Conforme fueron llegando los primeros zagales a su amplia familia, los recovecos para almacenar los lienzos con bastidor fueron disminuyendo. Por ello, decidió decantarse por la acuarela que le permitiría descubrir en su inmediatez la perfecta aliada para expresarse. Para muestra las acuarelas de nuestra ciudad.

La voz de la experiencia, la sabiduría y del pulcro conocimiento, repasa con Okey Salamanca sus experiencias durante su extensa trayectoria artística.

¿Cuánto tiempo llevas pintando?
Pinto desde que tengo recuerdos, 5 o 6 años, a los 13 o 14 me iba con un amigo a pintar animales a la antigua Casa de Fieras del Retiro de Madrid. Después, cuando entré en la Escuela de Arquitectura, cogí carrerilla y desde entonces nunca lo he dejado.

¿Por qué te decantaste por la acuarela?
De pequeño me regalaron unas acuarelas y pinté con ellas sin ningún conocimiento, no hacía más que churros. En la Escuela pintábamos siempre con Gouache. Cuando me casé empecé con el óleo y los acrílicos, pero esto hacía que tuviera que usar lienzos con bastidor que ocupaban mucho lugar. Conforme empezaron a llegar niños (4 niños y 4 niñas) empezó a disminuir el espacio para el estudio y el tiempo para pintar. Así que decidí pasarme a la acuarela que me permitía hacer bocetos y pinturas rápidas y además era más fácil de almacenar.

¿Cuáles son las premisas para decantarte por un lugar u otro para plasmarlo sobre el papel?
Cuando pinto del natural utilizo cuadernos encolados o anillados que son fáciles de transportar. En casa utilizo hojas grandes montadas sobre un tablero. Pintar y dibujar son cosas distintas, parecidas pero distintas. Si quiero plasmar una calle me suelen interesar más la luz y el color que los objetos. Aunque dibujo edificios singulares siempre son excusas para reflejar la luz y el contraste, no suelo pintar arquitecturas perfectas sino juegos de luz en los elementos arquitectónicos. Por tanto, mi premisa para decantarme por un lugar u otro depende más de la luz, el color y el contraste que del objeto que tenga delante.

Si tuvieras que quedarte con tres lugares que hayas pintado ¿Cuáles serían?
El mar: asturiano, granadino, vasco… Córdoba, Sevilla, Madrid…

¿Y el que más te ha impactado?
Las calles de Madrid.

¿Una anécdota que sea digna de contar durante tu larga carrera?
Cuando salgo a pintar del natural siempre hay gente que se te acerca y te cuenta su vida:

– Pués yo también pinto, sobre todo al óleo.

– ¡Qué bonito!, yo soy malísimo para dibujar, ¡cómo me hubiera gustado aprender!
– Mira, qué facilidad, parece que no le cuesta trabajo.
– Se le ha olvidado dibujar la ventanita que está en aquella esquina del edificio.

– Esa casa no es de ese color.
– Lo más difícil de pintar es el retrato, yo valoro a un pintor por sus retratos. Pintar paisajes es fácil, pero los retratos… eso sí que es costoso.

Estos últimos suelen ser del tipo ingenieril que no acaban de entender el arte y lo valoran exclusivamente por el grado de dificultad técnica que ellos entienden que tiene uno u otro tema. Desconocen por completo la expresividad artística y sus juicios sobre cualquier tipo de arte se reduce siempre a un problema de cálculo estructural.

¿Cómo está el panorama de la acuarela actualmente?
En España hemos pasado de un semidesprecio a la acuarela como arte menor, a un interés cada día mayor por sus posibilidades artísticas propias y no como muleta o medio auxiliar para llegar a una obra mayor al óleo. Actualmente, cada vez hay más concursos de pintura donde compiten sin problemas, de igual a igual, acuarelistas o pintores al óleo. En los países asiáticos la acuarela tiene una grandísima tradición y existen excepcionales acuarelistas. En Europa los reyes de las acuarelas son los ingleses, aunque hay grandes pintores en Italia, Holanda, Croacia, Francia… Creo que cada vez tiene más interés este medio y le veo un largo y prometedor futuro.

¿Quiénes han sido y son tus referentes?
En España es innumerable: Ceferino Olivé, Rafael García Bonillo, Ballester y muchísimos otros. Fuera de nuestro país el uruguayo Álvaro Castagnet, el croata Joseph Zbukvik, el chino Guan Weixing, los norteamericano Charles Reid y Winslow Homer, el inglés John Yardley y muchos otros. Como “urban sketcher” me parece excepcional todo el concepto del apunte urbano y de la acuarela que el español, afincado en Estados Unidos, Gabriel Campanario, ha sido capaz de transmitir a cientos de personas en más de 50 países, removiendo el interés por la acuarela a todo un ejército de aficionados al paisaje urbano.

¿Qué le dirías a alguien que está empezando a pintar con acuarela?
Que tenga mucha paciencia, que no se desanime, aunque todo lo que le salga al principio sea un churro. En óleo o acrílico si algo sale mal se tapa con blanco y se pinta encima, en acuarela hay que volver a empezar. Que no le preocupe tirar papeles, que pinte por el otro lado. Humildad, perseverancia y aprender no solo la técnica de sus ídolos sino la expresión artística de sus pinturas. De Edward Hopper se decía que técnicamente no tenía ni idea de pintar, pero sus cuadros han influido en toda la pintura contemporánea desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días.

Eduardo Jiménez