Ocho jóvenes del proyecto de Molokai realizaron su compromiso «por los que más sufren»
Arrodillados, y delante del ‘Cristo que vuelve a la vida’ de Venancio Blanco, ocho jóvenes del proyecto de voluntariado Molokai celebraron su ceremonia de compromiso público de voluntariado, el pasado Martes Santo, en la capilla del Cristo de las Batallas, en la Catedral Nueva de Salamanca.
Cada uno de ellos, acompañado de su madrina, presentaron las claves desde las que se comprometen a vivir, junto a ese Cristo, “un Jesús que traspasa la muerte para volver a la vida, y que representa muy bien la esencia de Molokai”, afirma la religiosa de los Sagrados Corazones y coordinadora del proyecto, Noemí García. Junto al Cristo de Venancio Blanco y al de las Batallas, estos jóvenes recordaron, que “la última palabra no la tienen la muerte, que desde la memoria del Crucificado miramos con esperanza, con ilusión y con fe al Resucitado”.
Este paso que han dado es una etapa más “en su trayectoria como voluntarios en el itinerario Molokai”, resalta esta responsable. Estos jóvenes, de procedencias distintas, han compartido “un recorrido intenso en diferentes voluntariados, experiencias de encuentro con los más necesitados, y han decidido dar el paso final de hacer público su compromiso de estar al lado de los que más sufren, sostenidos en aquel que les une, Jesús de Nazaret”, subraya García. Al respecto, recordó que fue aquel, “que no hizo alarde de su categoría de Dios y se hizo uno de tantos”. En la capilla del Cristo de las Batallas y junto al Cristo que vuelve a la vida se nombraron “familia”, y asumieron “la misión de ser compañeros de camino y comprometidos con los que más sufren”.
Los jóvenes escogieron en la ceremonia una parte de la carta de San Pablo a los Filipenses, poniendo la fuerza en tres claves, como indica su coordinadora: la primera, “que quieren mantenerse unidos, pero no quieren que su unidad deje fuera a nadie”. Además, no quieren quedarse en su lugar de confort “y, como Jesús, quieren bajar hasta el lugar donde Jesús ha bajado, sabiendo que el último lugar lo ocupa él”. En segundo lugar, la actitud de servicio, “de esa postura de estar en lo más bajo, les invita hacer lo mismo, desposeerse de todo, y estar al lado de los que nadie quieren mirar, y desde ahí, transformar la realidad y el mundo”.
En tercer lugar, “quieren pronunciar desde su testimonio de vida, sus gestos, su modo de mirar, que al nombre de Jesús, toda rodilla se doble, que merece la pena hacer este camino que nos comparten”. Porque ellos mismos a lo largo de estos cinco años han tenido idas y venidas, como precisa la coordinadora, “se han comprometido más e incluso a veces se han sentido perdidos en este mundo que narran de mucho sufrimiento”. Estos jóvenes se comprometen a combatir la injusticia, pero, “no desde la ideología sino desde la revolución del cuidado, desde el amor, experimentado en primera persona”, destaca Noemí.
Proyecto Molokai
Molokai es un proyecto de voluntariado que nació en Salamanca de la mano de la congregación de las Religiosas de los Sagrados Corazones, con la colaboración de Cáritas diocesana de Salamanca y las Delegaciones diocesanas de Pastoral Social y Pastoral Juvenil. Molokai tiene el deseo de acercarse a algunas de las realidades de exclusión que en Salamanca contemplamos.