La huella vetona en Salamanca
Fuenteguinaldo rebosa historia por todos sus poros, y es que acoge en su seno uno de los castros más importantes, el codiciado castro de Irueña, de origen vetón y que data de la segunda mitad de la Edad de Hierro. El espacio, especialmente protegido y cuidadosamente señalizado, dispone de un parking y alberga un característico verraco de piedra conocido como La Yegua de Irueña, una escultura zoomorfa que se logró recuperar en los trabajos de excavación arqueológica.
Ubicado en un espigón amesetado de forma elíptica y formado por la confluencia del río Águeda con el arroyo Rolloso. Ocupa una extensión de quince magníficas hectáreas , lo que convierte este enclave y patrimonio histórico cultural en uno de los castros más grandes de la provincia. Ostenta los títulos de Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico de España.
El yacimiento contó con una muralla de mampostería de pizarra que rodeaba su perímetro, de unos dos kilómetros. Se han encontrado vestigios que confirman que continuó siendo habitado tras la romanización y también en época medieval. Este castro no es sino un regalo para los ojos y el espíritu, ya que además se presume que aún queda mucho por descubrir del mismo.