Benavente (Zamora)

Hay una localidad zamorana que queda a muy poco tiempo de Salamanca, y por la que no podemos pasar sin pararnos. Con este reportaje queremos que descubras Benavente, para que esté en la lista de una de tus escapadas.

La ciudad de Benavente debe su importancia a su enclave en un lugar privilegiado, cruce de caminos desde la antigüedad hasta hoy día; y unión de los cauces de tres ríos. Está situada al norte de la capital zamorana, a 62 kilómetros de distancia de ésta y domina desde lo alto la confluencia de los ríos Órbigo y Esla y un poco más abajo se les une el Tera. Esto hace que Benavente esté rodeado de una extensa y rica vega. La posición estratégica donde se encuentra asentada la ciudad es envidiable, ya en tiempos muy remotos atrajo a diferentes pueblos que se asentaron por esta zona.

Se conoce que antes de los inicios de nuestra Era, la comarca tenía ya entidad definida porque estaba habitada por la tribu astur de los brigecienses, cuyo centro, Brigaecium («Dehesa de Morales» (Fuentes de Ropel), aparece en diversas fuentes romanas, como Ptolomeo, el Itinerario Antonino y Ravennate destaca su papel decisivo en las Guerras Cántabro-astures, cuando, traicionando a los Astures, descubre las disposiciones de éstos contra Roma en el momento final de la contienda, en el año 19 antes de Cristo.

La llegada de Roma y la división territorial augustea posterior a la conquista la sitúan en el Conventus Iuridicus Asturum (con capital en Asturica Augusta), núcleo del que sigue dependiendo en época visigoda.

Posee una gran lista de patrimonio cultural como por ejemplo la Iglesia de Santa María del Azogue (B.I.C): su planta y cabecera responden al estilo románico. Destacan en el exterior sus hermosos cinco ábsides y las dos magníficas portadas románicas. Es de destacar la grandeza arquitectónica del interior. Constituye el principal monumento artístico de Benavente, y está situada en el centro de la villa. Hacia ella se derraman o confluyen las calles más importantes. El inicio de su construcción se atribuye a la época de la repoblación de la ciudad por Fernando II, hacia 1180. Se la considera contemporánea de la iglesia de San Juan del Mercado, que es de planta de tres naves y tres rotundos ábsides. Presenta tres portadas, entre las que destaca por su amplio desarrollo iconográfico la situada al mediodía, que recoge bajo un arco apuntado y en su tímpano el tema de la Epifanía.

También está el Hospital de peregrinos de La Piedad (B.I.C): fundado por el quinto Conde de Benavente, Alonso Pimentel, como hospital de peregrinos. La fachada es una bella muestra del primer renacimiento y su patio armonioso patio con arquerías y columnas.

Otros monumentos de interés son la ermita de la Soledad: construida a comienzos del siglo XVI para sustituir a una anterior que estuvo ubicada en el solar que actualmente ocupa el Hospital de la Piedad. La Cofradía de la Cruz se instala en ella por aquellas fechas y en 1528 se instituye una capellanía en cumplimiento de las mandas testamentarias de Francisco Suárez, vecino de la villa, siendo conocido el edificio por entonces como Ermita de la Cruz o Veracruz. En el siglo XVII se manifiesta en Benavente una gran devoción hacia la Virgen de la Soledad, realizándose importantes obras de acondicionamiento en 1679. Durante la invasión francesa la ermita fue ocupada por las tropas napoleónicas siendo destruidas buena parte de las imágenes que albergaba. A mediados del siglo XIX la ermita se convierte circunstancialmente en improvisado hospital para dar albergue a algunos de los afectados por las epidemias que asolan la comarca. Con posterioridad pasará a ser almacén del patrimonio imaginero y de los pasos de la Semana Santa de Benavente. El edificio consta de una sola nave a cuyos lados se abren varios ventanales, presenta en su sencilla fachada arco de medio punto en piedra de sillería y sobre un óculo se localiza un escudo alusivo a la vinculación con la orden franciscana que desde antiguo tuvo la ermita.

Otros edificios religiosos, pero de arquitectura moderna del siglo XX son el Convento de Santa Clara, el Monasterio cisterciense del San Salvador, la Iglesia de la Virgen del Carmen de Renueva, la Iglesia de San Isidro, la Iglesia de Santiago, la Capilla de San Pedro ad Víncula y la Capilla de San Vicente de Paúl.

En cuanto a arquitectura civil está la Torre del Caracol o Castillo de la Mota de Benavente (B.I.C): obra del siglo XVI, mezcla los estilos gótico y renacentista. El conjunto se encuentra cubierto por un magnífico artesonado morisco. En la actualidad es el Parador Nacional de Turismo de esta localidad.

La Plaza Mayor, y su entorno, es la zona de la ciudad en la que tradicionalmente se desarrollan la mayor parte de los actos sociales y festivos, como es el caso de la Veguilla, el Toro Enmaromado, los inicios festivos, las ferias de cerámica y el de los pimientos, entre otros. Así mismo, también es un punto central de la actividad económica de la ciudad y comarca, motivo por el que en sus alrededores están ubicadas las principales calles peatonales y comerciales más concurridas. Su papel es clave en el día a día de la ciudad, ha llevado a que albergue un notable patrimonio histórico calificado, formando parte de él como BIC por la proximidad con las iglesias de San Juan entre otras.

Otras edificaciones son la Casa Consistorial, de estilo neoclásico, consta de dos plantas de piedra de sillería, de orden toscano la primera y dórico la planta noble. El Palacio del Conde de Patilla construido a mediados del siglo XIX sobre una de las grandes casas que los Pimentel, condes de Benavente, poseían en la Villa. La actual casa-palacio sirvió de residencia durante varias generaciones a la familia Tordesillas O´Donnell Fernández- Casariego, condes de Patilla.

Fotografías de Iván Casado.